Primero ocurrió con las mascarillas. Ya se las puede encontrar en diferentes colores, materiales, estampados y apliques. Pero ante el temor de que tras el proceso de desconfinamiento y con más gente en las calles el virus se adhiera y permanezca en la ropa, algunos diseñadores de moda han decidido revolucionar también la estructura, combinaciones y hasta la funcionalidad de los trajes de protección y así ofrecer nuevas posibilidades de vestir a sus clientes. Lucir algo que nos guste siempre ayudará a subir el ánimo en medio de la pandemia.

El diseñador colombiano Guío Domínguez fue uno de los pioneros con su colección Life Savers, lanzada a inicios de abril. Fue elaborada en su taller de Cali cumpliendo con todos los requisitos de bioseguridad, pero con un toque de color. Luego fue donada al personal médico de ese país. “Utilizamos telas con tecnología clororresistente y antifluidos”, comentó. Con el tapabocas y la capucha fusionados al propio traje, diseñó enterizos y también de dos piezas.

En todo el mundo, poco a poco este atuendo ha dejado de ser exclusivo para doctores y enfermeras y en estos días son los ciudadanos quienes lo perciben como una prenda esencial para regresar a sus actividades luego de la cuarentena.

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Durante el aislamiento, un gran porcentaje de las compras online dejaron de concentrarse en el mundo de la moda para sumar ganancias a la decoración de interiores y tecnología, principalmente. Pero hoy el interés de los compradores vuelve a crecer gracias a estas prendas que, dependiendo de la iniciativa y creatividad de más diseñadores que se sumen a esta tendencia, podrían marcar un camino de regreso al estilo personal dentro de la normalidad nueva luego de que muchos pasaran semanas en pijamas.

La guayaquileña María Fernanda Ríos es una de las diseñadoras ecuatorianas que decidieron adaptar sus creaciones a la nueva realidad, con estilo y favoreciendo la silueta. Su reciente colección YES incluye chaquetas con capucha antifluido y tela impermeable.

“Los diseñadores estamos en constante evolución, pero existe un tiempo para enfocarse en los cambios y esta vez tuve que hacer todo en un abrir y cerrar de ojos, concentrándome en la urgencia de la situación”, comentó. “La vida cambió drásticamente, solo nos toca adaptarnos industrialmente. Y así podemos seguimos generando fuentes de empleo que es lo que más le hace falta a nuestro país”.

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Toda la planificación y las colecciones 2020 de la diseñadora Patricia Trujillo también se paralizaron frente a la pandemia. “Al principio sí me sentía un poco frustrada”, admite. “Pero después pensé: ¿por qué no ofrecer algo colorido? ¿algo que te haga sentir y verte bien a pesar de lo que está ocurriendo?”.

Hoy cuenta con trajes que pueden vestirse en el lugar de trabajo y en otros sitios más sociales manteniendo el distanciamiento. Son ocho modelos de enterizos y cuatro de conjunto (calentador y chompa), además de pasamontañas, turbantes, burkas y mascarillas. Todo en colores neutros y también en tonos más vivos como el fucsia, turquesa, amarillo, neón, naranja y verde perico. “Hay que hacer lo que se necesita y esta es una moda urbana con un estilo que personalmente sí me gusta”.

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¿Cómo retirarlo?

Aprender a quitarse correctamente el traje en casa es vital para evitar la contaminación.

Algunas pautas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS): la capucha debe retirarse hacia atrás (enrollándola), con cuidado para no infectar la cara. Es importante abrir la cremallera por completo sin tocar el resto del traje y comenzar a retirarlo de arriba hacia abajo: primero los hombros y luego saque los brazos de las mangas. Enrolle el overol desde la cintura hacia abajo, con sus zapatos puestos, empuje para sacarlo de loa pies. No olvide higienizarse las manos durante y al finalizar el proceso.