Votar es hoy una acción natural para las mujeres ecuatorianas. Al igual que estudiar, se trata de un derecho y nadie lo cuestiona. Pero no siempre fue así. El derecho de votar estaba reservado, hasta la segunda década del siglo XX, exclusivamente para los hombres. Para que eso cambiara, hubo que luchar. La historia nos ha enseñado que muchos de los derechos de los que hoy gozamos se han conquistado con luchas. Y la batalla por el sufragio femenino la emprendió, en la década del 20 del siglo pasado (1924), una mujer llamada Matilde Hidalgo Navarro de Procel. Ella, una lojana nacida en 1889, y que es, además, la primera médica ecuatoriana, fue quien reclamó y peleó por su derecho al voto, y con su acción abrió el camino del sufragio y de la participación política para todas las mujeres ecuatorianas y latinoamericanas.