Queridos lectores he recibido algunos testimonios de mis consultantes en los que me comparten sus inquietudes con relación a la vida de pareja durante el confinamiento. Me hablan de que además de enfrentar temores por la economía, la salud, el trabajo y la familia, han vivido momentos difíciles con sus parejas.

Las parejas estables han tenido más tiempo para estar juntos, pero eso también puede ser perjudicial si no se gestiona bien, porque puede provocar saturación, descuido personal o monotonía".

Lo primero que hay que tener en cuenta es el tipo de compromiso que existía antes de que se declare el estado de emergencia. Es bastante irreal pensar que si antes en sus hogares había irrespeto, agresividad o violencia doméstica, esto podría mejorar en crisis.
No es igual una relación entre personas con compromisos estables y funcionales a parejas con relaciones disfuncionales.

Las parejas estables han tenido más tiempo para estar juntos, pero eso también puede ser perjudicial si no se gestiona bien, porque puede provocar saturación, descuido personal o monotonía. Sin embargo, si se encuentra el equilibrio entre necesidades personales, obligaciones y tiempo en común, se pueden generar momentos de calidad, mejorar la comunicación y crear nuevas rutinas positivas en casa.

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Es común que se presenten conflictos relacionados con los estados de ánimo de cada uno; es necesario respetar lo que siente cada persona y evitar presionar, ya que eso solo complica más la situación.

Si hay hijos, seguramente se habrá conseguido disfrutar de un espacio familiar que antes no se tenía, por los horarios y la prisa en que vivíamos.
Se me han presentado casos en que parejas de poco tiempo de relación han tenido que pasar el confinamiento juntos, por las restricciones de movilización que se dieron. Les ha tocado adaptarse a la vivienda del otro y a sus hábitos.

Como beneficio, cabe destacar que servirá para descubrir muchos aspectos tanto de convivencia, de personalidad y de estilos de vida que en otras circunstancias se habrían pospuesto.

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Es común que se presenten conflictos relacionados con los estados de ánimo de cada uno; es necesario respetar lo que siente cada persona y evitar presionar, ya que eso solo complica más la situación".

Algunas parejas que no conviven porque son enamorados han tenido que enfrentar distanciamiento y pérdida de la conexión emocional, esto les ha generado conflictos, ansiedad e inseguridad.

La presencia de violencia doméstica en los hogares ha estado presente. Se reportaron más de 7000 llamadas de auxilios, realizadas en su mayoría por menores de edad. Es momento de reflexión y acción. Los sistemas educativos y las familias deben dar espacio para educar en las emociones y en el respeto. Un cambio de mentalidad es urgente. (O)