Es mejor darle el nombre apropiado, Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. “Un trastorno no es una enfermedad. Es un desvío en el camino del neurodesarrollo del niño, quien empieza a destacarse por impulsivo, desordenado, inatento”, explica el doctor Daniel Cruz Montesinos, médico tratante del Servicio de Neuropediatría del Hospital IESS de Los Ceibos.