Hay que aplaudir la victoria de Beto Larco en Masterchef Ecuador. Mientras sus contrincantes mostraron platos dignos de una final, la presentación de Beto fue una mezcla de gastronomía con expresiones culturales, propias de la región Amazónica ecuatoriana, que dieron a los jueces una experiencia sublime. A Beto le debemos dar las gracias no por ganar la competencia, sino por demostrarnos que nuestra riqueza cultural es un factor determinante a la hora de dar resultados.