Todos los cánceres, en algún momento, requieren administración de quimioterapia y radioterapia, que dañan la médula del hueso, donde se generan las células de la sangre. Los efectos colaterales causan requerimientos sanguíneos importantes, entre ellos, las plaquetas. 

La necesidad de plaquetas tiene una urgencia diferente a la de la sangre, pues estas no se pueden almacenar por más de 5 días. 

“El drama del diagnóstico va seguido del drama del tratamiento”, dice la hematóloga Bella Maldonado. “Poder ayudar al paciente y a su familia, hacerles el camino menos duro al paliar ese segundo trastorno, dándoles el soporte transfusional, significa mucho”. 

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¿A quiénes beneficia?

El más desafiante de los cánceres pediátricos es la leucemia; la más frecuente en niños es la aguda, y en esta, la forma más común es la linfoblástica, que es curable. “Sin embargo, para poder tratar a ese paciente, empleamos por lo menos 3 años, y en los 6 primeros meses van a requerir productos plaquetarios”. 

A partir de entonces viene una etapa ambulatoria, más llevadera, en la que esta necesidad disminuye casi totalmente. 

Al momento, existe un minibanco de donantes de plaquetas, “pero cada vez es menor”, asegura Maldonado, por causas diversas, como infecciones virales, pero también porque no hay una cultura de donaciones y se piensa que con participar una o dos veces es suficiente.

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Una fuente confiable de productos sanguíneos solo puede asegurarse a través de una base estable de voluntarios regulares no pagados, según la Organización Mundial de la Salud. En este grupo la prevalencia de infecciones es la más baja. 

Donación repetitiva

La donación es por aféresis (procedimiento en el que se extrae sangre, se separa uno de los componentes, como las plaquetas o los glóbulos blancos, y el resto se devuelve al donante). Se puede hacer extracción de plaquetas cada 15 días, hasta 24 veces al año, con chequeos cada 3 meses. 

Hay muchas creencias que pueden predisponer al público a la donación. 

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Un proceso sencillo

Se pincha una o las dos venas del interior del codo y se conecta al paciente a una máquina de aféresis (separadora de células), programada para extraer únicamente plaquetas y devolver el producto sanguíneo al organismo vía un segundo catéter. 

¿Quiénes pueden donar? 

La doctora Bella Maldonado, hematóloga, detalla: 

  • Tener entre 18-65 años.
  • Peso mínimo de 50 kg.
  • No tener enfermedades infecciosas de ningún tipo (VIH, hepatitis, mal de Chagas). 
  • Venas de buen calibre en la flexura del codo. 
  • Cantidad de plaquetas adecuadas para donar (se verifica mediante hemograma). 

De cada 10 candidatos, uno califica como donante de plaquetas. Por esto, dice Maldonado, es importante que quienes cumplen con el perfil decidan involucrarse a largo plazo. 

Hay situaciones que limitan temporalmente al donante: 

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  • Tatuajes. Hay que esperar al menos 1 año después de la aplicación de la tinta. 
  • Infecciones virales. Se pospone la donación por unas pocas semanas. 
  • Consumo de alcohol. Impide la donación inmediata. 

¿Soy candidato a donante?

Llene el formulario en el sitio Pausa por una buena causa, administrado por la Universidad Casa Grande. Le agendarán una visita a Solca para una entrevista personal y un examen médico. Si es aprobado, pasará al proceso de donación en un horario flexible. 

La experiencia de Luis

En 2015, Luis Capelo y su esposa pasaron por la necesidad de plaquetas para su hijo de 6 años. “Apenas 2 de 12 de nuestros familiares y amigos fueron aptos por motivo de sus venas, y de ellos solo uno pasó los exámenes. Vivimos esto estando en nuestra ciudad: la mayoría de los pacientes vienen de provincias”. 

El proceso de conseguir donantes es riguroso. Una pinta de plaquetoféresis se compone de 10 concentrados de plaquetas. Al donar una pinta de sangre, una persona proporciona uno de esos concentrados. 

No todos los donantes lo hacen de manera gratuita. En Ecuador, Luis y su esposa tuvieron que recurrir a donantes remunerados.  Su experiencia en Navarra, España, fue distinta. El producto es gratuito. “El gobierno de Pamplona maneja una campaña permanente de voluntariado de plaquetas, y condecora cada mes a los nuevos donantes”. 

Un niño puede necesitar más de una transfusión al día. “Si usted calificó como donante, hay alguien que espera una respuesta: tratar de vivir una vida lo más tranquila y sana posible”, para estar en condiciones de donar en una emergencia. 

Lo segundo es que ese compromiso sea recurrente. “El primer ingreso del niño con cáncer es largo, de 4 a 6 semanas. Durante ese tiempo, verá a sus familiares cercanos pocas veces; no así a sus compañeros de escuela. Al donar plaquetas, usted facilita que vuelvan con sus hermanos, amigos, a sus escuelas”. (I)