La pornografía existe desde la antigüedad.  Siempre ha tenido un espacio en la sociedad, sobre todo en los hombres jóvenes, por lo general solteros, en situaciones de mucha reserva y con la tendencia a ir desapareciendo en la medida en que se alcanza un cierto grado de madurez y se adquieren mayores responsabilidades ante la vida (trabajar, casarse, criar una familia, etc.).