Cuando pensábamos haber superado el final de Toy Story 3, llega Disney-Pixar y nos da un golpe directo al corazón con esta nueva entrega de la saga protagonizada por Woody y sus amigos. Y el golpe es de lo más efectivo, ya que salimos del cine conmovidos, pero satisfechos con la dirección que ha tomado esta historia que aún da para más. 

En esta ocasión, la acción está principalmente centrada en Woody y Forky, este último un nuevo y entrañable personaje creado por Bonnie en su primer día de preescolar. Forky, que no es más que un tenedor desechable con boca de plastilina, ojos saltones, un alambre rojo y palillos de helado, no se ve a sí mismo como un juguete (a pesar de que Bonnie le ha puesto su nombre y eso significa que tiene un niño al cual hacer feliz), sino como un objeto desechable que debe estar en la basura. Sin embargo, él es el favorito de Bonnie por lo que Woody se ha puesto como misión personal cuidar a Forky, y es en medio de esta misión que conocemos a un nuevo grupo de juguetes, donde destaca Gabby Gabby, una muñeca que anhela tener una dueña, pero tiene la caja de voz dañada, para lo que ha planificado el secuestro de Woody para quedarse con su caja vocal.

Como en las entregas anteriores, la comedia es uno de los ejes principales del filme, tanto con chistes sencillos que son fácilmente digeribles por los niños, pero también  una que otra referencia dirigida al público más grande. Y es que al final, Toy Story 4, cinta dirigida por Josh Cooley (uno de los guionistas de Intensamente, película animada de 2015 ganadora de un Óscar), la puede disfrutar cualquiera sin importar su edad. El guion tiene varios giros que van complicando la historia de manera inteligente y una que otra decisión sorpresiva por parte de los juguetes.

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Pero si hay algo que distingue a Toy Story 4 de las otras películas de la serie, es la evolución de Woody. En las tres cintas anteriores fue Andy (el dueño original de Woody y Buzz Lightyear) el que creció hasta el momento en que tuvo que deshacerse de sus juguetes. Woody, sin embargo, se esfuerza por mantener su esencia y quiere repetir con Bonnie el comportamiento que durante tantos años tuvo con Andy, pero Bonnie no es Andy. Para empezar, Woody era el juguete favorito de Andy, pero esto no es así con Bonnie, de hecho, en una de las primeras escenas de la película, ella lo deja encerrado en el armario mientras juega con los demás. Woody trata de restarle importancia, pero sabemos que esto es un golpe muy duro para él.

Es gracias a las aventuras que tiene que enfrentar para rescatar a Forky que Woody logra ver otro mundo más allá de la habitación de Bonnie y se da cuenta de que existen otras opciones para él. Pero si quiere tomar estas nuevas opciones, tendrá que dejar ir algo más y arriesgarse. Y eso es justamente lo que hace. Woody decide seguir adelante y enfrentar nuevos retos. Está lleno de miedos y dudas, pero tiene amigos que lo apoyan y eso es lo importante. Es que al final, ya sea en el mundo de los juguetes o en el mundo real, el que no arriesga, no gana. (O)