1969 fue un año marcado por eventos que pusieron de manifiesto la fuerza y el poder de los seres humanos. Unos motivados por alcanzar el dominio espacial, otros encaminados a sacudir los estamentos sociales en momentos en que el mundo era testigo de una guerra que dejó centenares de muertos en Vietnam. Como un clamor de paz, ese año, miles de personas marcharon en la capital estadounidense en protesta contra ese conflicto, medio millón más se reunieron cerca de la población de Woodstock en Nueva York, para ser testigos del icónico festival de música.

En julio de 1969 el mundo también se enteró por televisión y radio cómo el astronauta Neil Armstrong (1930-2012), a bordo de la nave Apolo 11 –que llevaba también a los tripulantes Buzz Aldrin y Michael Collins–, pisó el suelo lunar. Han pasado 50 años luego de “es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad” y Fernando Balseca celebra este episodio histórico sin olvidar el significado que ha tenido la Luna en algunos aspectos, principalmente el literario.