El 20 de abril de 1980, Fidel Castro —por entonces presidente de Cuba— anunció que cualquier ciudadano que quisiera abandonar la isla podría hacerlo desde el puerto de Mariel. Durante los siguientes seis meses, casi 125.000 cubanos atravesaron los estrechos de Florida, incluidos miles de hombres y mujeres  que escapaban de la persecución. Casimiro González y Manuel Rodríguez fueron dos de ellos.