El Teatro Sánchez Aguilar suma 7 años de 'educar y liberar'

Lo publicamos el 6 de marzo de 2011: “ Hay sueños que se convierten en realidad. Pero no como un acto de magia. Se construyen con perseverancia, sabiduría y desprendimiento. Es el caso de Carlos Sánchez Aguilar. Empresario que hace 72 años nació en Zaruma. Y que en 1989 con el lema ‘Educar es liberar’, constituyó la Fundación Sánchez Aguilar (FSA). Ahora, 21 años más tarde, emprende un ambicioso proyecto cultural: un teatro en Samborondón”. Así anunciábamos la construcción del Teatro Sánchez Aguilar (TSA), que se inauguró el 16 de mayo del año siguiente . Para nuestra portada empleamos una representación digital muy realista que nos concedieron como una fantástica primicia. Carlos Sánchez Aguilar, propulsor de la educación y la cultura , confirmó el objetivo en esa oportunidad, en la cual detallaba que la sala principal tendría 900 butacas y habría un teatro más pequeño llamado Sala Zaruma –en honor a su ciudad natal– de 150 localidades. Carlos Sánchez gustaba de admirar el avance de tal obra, que fue enteramente producto de la iniciativa privada, enfatizando una debilidad del Estado en el apoyo a la educación. “Porque los teatros en el mundo los construyen los gobiernos, los municipios directamente o con donaciones, en este caso, nosotros hemos logrado el aporte financiero de fundaciones privadas del exterior que apoyan proyectos culturales, hemos tenido la suerte de que confíen en nosotros y nos apoyen para construirlo y brindarlo a la comunidad”. Para ello, agregó, tuvieron la ayuda decidida del entonces alcalde de Samborondón, José Yúnez Parra. También le preguntamos si creía que ciertos empresarios eran los soñadores y mecenas del siglo XXI. Sonrió. “No conozco lo que sucedió hace 50 años o más atrás, pero mientras las obras se realizan más rápido es todo más fantástico. La realización del teatro es muy importante para mí y mi familia, será nuestro legado cultural a la comunidad ”, aseveró volviendo la mirada al teatro en construcción. Hoy, 7 años después, contactamos a su hija, María Cecilia Sánchez , directora ejecutiva de la Fundación Sánchez Aguilar, quien señala que el desarrollo del Teatro Sánchez Aguilar ha sido “muy enriquecedor”. “Al no haber existido un bagaje teatral integral en nuestra ciudad, todo lo hemos tenido que ir aprendiendo, buscando formación, asesoramiento y entrenamiento extranjero que a la vez ha ayudado a los actores, directores, técnicos locales, ya que la misión de nuestra fundación nos lleva a compartir para que otros se formen y mejoren también. Además, cada compañía extranjera que pasa por nuestro teatro deja su enseñanza y vamos midiendo nuestro nivel”, indica ella, quien agrega que sus padres (su madre es Cecilia Arosemena Gallardo) han sido sus mentores. ¿Consideran que están logrando las metas que se habían propuesto en el 2012? En líneas generales, sí. De acuerdo a lo que planteamos en nuestra misión: constituirnos en una institución capaz de promover y desarrollar las artes escénicas en el Ecuador, tanto a niveles formativos, como lo hacemos con nuestros talleres, funciones escolares y producciones propias. Y como dice nuestra visión, nos hemos consolidado como la institución que apoya al movimiento de las artes escénicas ecuatorianas y se ha mostrado como el mayor escaparate de las artes escénicas internacionales. Todavía luchamos por encontrar el equilibrio de rentabilidad entre lo social y lo económico , ya que de parte de la empresa privada pocas apuestan por nuestra propuesta y no es fácil conseguir el apoyo económico o subvenciones de las instituciones públicas. ¿Qué logros importantes han tenido en este tiempo? El mantener un teatro, sin fines de lucro, 100% privado como el TSA, con una programación propia constante, es un logro continuo. Cuando tenemos la oportunidad de visitar festivales y presentar nuestro proyecto, todos concuerdan con que es una labor como muy pocas y titánica. Todos los teatros del mundo tienen apoyo económico estatal, municipal o subvenciones de las que gozan. No es nuestro caso. Obviamente los logros que más disfrutamos y nos alegran son el poder cooperar con el mejoramiento artístico de la ciudad por medio de nuestros proyectos educativos y formativos. ¿Qué opinan de la presentación de sus obras propias en el extranjero? Así es; es un logro tener la oportunidad de mostrar nuestro trabajo en el exterior. Guadual ha sido nuestro mayor orgullo como una producción de circo , con artistas ecuatorianos que vienen del circo social, con un concepto tan nuestro como es el campesino y la caña guadúa. Es una producción que ha llenado teatros a donde ha ido y que también ha ganado premios de festivales como lo obtuvo en el Grec de Barcelona. Acabamos de presentarlos también en el Festival Internacional Circos (del 13 al 23 de junio), organizado por el Sesc de Sao Paulo. ¿Qué momento atraviesa el Teatro Sánchez Aguilar hoy? Vivimos un momento de análisis profundo. Ver el camino que debemos y queremos tomar de acuerdo a la realidad económica y social que vive el país y de la que el sector cultural se ve muy afectado. Una propuesta como la del TSA, los réditos, tanto económicos como de aceptación de parte de la comunidad, no se ven rápido. Se requiere constancia, paciencia y mucho aguante. Todo esto en medio de no parar, de seguir con nuestros proyectos, unos nuevos y ramificando otros ya existentes. Sí puedo decir que hemos madurado. Las experiencias siempre ayudan a crecer internamente, a valorar lo que se tiene y lo que se logra. ¿Qué momento vive la Fundación Sánchez Aguilar? La FSA acaba de cumplir 30 años de trabajo silencioso, constante . Los proyectos que tenemos son 4: el plan de becas (cubrimos los 6 años de educación básica superior y bachillerato), el Centro de Promoción Social y Desarrollo Integral (que promueve la capacitación de adultos en distintos oficios), el Albergue Rosa Eva Aguilar de Sánchez (para personas que tienen a sus familiares hospitalizados) y el Teatro Sánchez Aguilar. ¿La Fundación también ha tenido un impulso a través del Teatro? Diría que es al revés. No existiría el Teatro si no existiera la Fundación. Por esta razón el Teatro también tiene sus proyectos de formación y construcción de públicos. El lema de la Fundación es “Educar es liberar” y lo hacemos vida desde los cuatro proyectos, de los cuales la Fundación Sánchez Aguilar es el eje. (M. P.)

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