Aunque no buscaba protagonismo en medio de la tragedia, su rostro inevitablemente se convirtió en uno de los más reconocidos luego del terremoto en Ecuador en abril de 2016. Su reacción ante el desastre despertó el llamado de solidaridad en múltiples actores, desde lo público y lo privado, hasta en el más común individuo a pie. Una labor que arrancó con un poderoso tuit y con un centro de acopio improvisado fuera de su casa.