Los consejos del periodista Manuel de J. Calle, con quien trabajó de adolescente en el periódico El Grito del Pueblo, influyeron en su formación intelectual. “Yo bebía de sus palabras (…). Don Manuel era incisivo, mordaz, duro. Pero sus consejos constituían sabias lecciones de periodismo. ‘No metas tu persona en tu labor’, me decía. ‘No se puede ser espectador y actor a la vez’. ‘Nada hay más repugnante que ese yoísmo de los jóvenes enfermos de importancia’”, publicó el 12 de abril de 1943.