La clasificación PG-13, que advierte fuertemente a los padres que parte del contenido de una película puede ser inapropiado para niños menores de 13 años, fue introducida en 1984 en respuesta a las preocupaciones de los padres. Y justamente la película que ayudó a que la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA) tomara esta decisión fue Indiana Jones y el templo de la perdición. Quien presentó la sugerencia para modificar el sistema de clasificación fue el director Steven Spielberg.

Sin embargo, hoy en día la etiqueta PG-13 se ha extendido a películas que contienen niveles de violencia con armas de fuego que exceden a lo que se muestra en algunas de las películas más restrictivas clasificadas R (restringidas para menores de 17 años que no cuenten con un acompañante adulto). 

En un nuevo estudio titulado Padres desensibilizados a la violencia con armas de fuego en las películas PG-13 (en inglés), publicado en el número de junio del 2018 en la revista Pediatrics, los padres de familia señalaron que las películas con mucha violencia con armas de fuego eran apropiadas para los niños desde los 15 años, dos años más tarde de lo que sugiere la clasificación PG-13.

Publicidad

Los investigadores encuestaron a 610 padres que tenían por lo menos un niño entre las edades de 6 a 17 años. Les mostraron a los padres un clip de video de 90 segundos de las películas más populares que presentan el uso de violencia con armas de fuego –considerado justificado o injustificado– y les preguntaron sus reacciones emocionales, la edad mínima que considerarían apropiada para ver la película y si ellos le permitirían a su propio hijo verla.

Además de descubrir que la mayoría de los padres pensaban que la edad mínima para este tipo de violencia era por lo menos 15 años, el estudio reveló que en los casos en que la violencia era identificada como justificada, los padres estaban más dispuestos a dejar que el niño la viera.

Los investigadores concluyen que la aceptación de los padres a la violencia con armas de fuego en las películas clasificadas PG-13 puede ser relacionada con la representación relativa de poca sangre; sin embargo, asignarles a estas películas la clasificación PG-13 podría resultar menos restrictiva de lo que debería ser, y es necesario realizar estudios adicionales para determinar si ver violencia en las películas que parece ser justificada afecta cómo los niños interpretan este contenido y sus actitudes frente al uso de las armas de fuego para la autodefensa. 

Publicidad

Por el momento, los padres disponen de etiquetas como PG, que establece que la película puede ser vista por niños en compañía de sus padres o guardianes adultos. En español, esto a veces se interpreta como 'apto para todo público', lo cual no equivale a que sea seguro que los niños vean solos la película o el programa. 

Para ayudarlo a navegar por el sistema de clasificación, la American Academy of Pediatrics (AAP) le ofrece los siguientes consejos:

Publicidad

Aprenda la jerga de las clasificaciones. Las clasificaciones suelen utilizar cuotas o niveles de límites para escenas con violencia, sexo y palabras vulgares que, una vez alcanzados, hacen que una película pase a un grupo de clasificación más alta. Si bien esto podría tener sentido para los cineastas, suele ser difícil de descifrar para los padres que no quieren que sus hijos se expongan a determinado contenido, como por ejemplo el lenguaje vulgar. Para ellos, hasta una sola palabra puede ser demasiado.

Cuando sea posible vea con ellos la película. La AAP recomienda enfáticamente que, siempre que sea posible, vean el contenido audiovisual junto a sus hijos. Los medios de comunicación para niños deben ser aptos para su edad y, preferentemente, reforzar los valores familiares. No obstante, dada la enorme cantidad de medios a los que están expuestos los niños, es poco realista que los padres revisen con anticipación todo lo que sus hijos miran, y es probable que no siempre sea posible ver juntos los contenidos.

No apto para bebés

“¡Pero a mi bebé le gusta ver televisión!”. El pediatra David Hill, de la Clínica Pediátrica Cape Fear en Wilmington, Carolina del Norte, escucha esto con frecuencia, pero se mantiene en que los menores de año y medio no deben estar ante la pantalla.

Publicidad

“El bebé puede mirar fijamente los colores brillantes y al movimiento, pero su cerebro no es capaz de discernir o darle significado a todas esas imágenes”. Al cerebro del bebé le toma al menos 18 meses desarrollarse al punto de entender que esos símbolos representan el mundo real.

”Lo que los bebés y los niños pequeños necesitan más para aprender es la interacción con las personas que los rodean. Esto no quiere decir que no deban usar el videochat con un familiar que vive lejos, pero en lo que se refiere al aprendizaje diario, necesitan tocar las cosas, sacudirlas, tirarlas y lo que es más importante, ver las caras y oír las voces de aquellos que más quieren”. (F)