“Uno dos y tres, Uno dos y tres / Uno dos y tres / Que paso más chévere, que paso más chévere. / El de mi conga es…”.

Esta conga escrita por el cubano Rafael Ortiz se popularizó en la década de 1940, no solo en Cuba, sino en varios rincones del Caribe.

Pero este artículo no es para hablar de estilos musicales, sino de una palabra que supo colarse en muchos lugares de América Latina: chévere.

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Chévere significa “estupendo, buenísimo, excelente”, también es “gracioso, bonito, elegante, agradable” y “magníficamente”.

Es una palabra que significa muchas cosas y todas son positivas.

“Chévere es una palabra muy chévere”, dice Daniel Samper Pizano, periodista y miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. “El sonido, el ruido, la aliteración de la ‘e’, la condición de esdrújula hace que chévere sea una palabra deliciosa, muy graciosa y que se ajusta muy bien a lo que quiere describir. La palabra está mandada a hacer”, asegura a BBC Mundo.

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Sigue toda la información relacionada con el Hay Festival.

Chévere se utiliza en las Antillas, Bolivia, Colombia, El Salvador, Honduras, México, Panamá, República Dominicana y Venezuela, según describe la Real Academia Española (RAE) en su diccionario.

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Pero ¿de dónde viene la palabra chévere? En el marco del Hay Festival Cartagena que se realiza en esa ciudad colombiana entre el 31 de enero y el 3 de febrero de 2019, investigamos.

 

“Palabra conflictiva”

Existen varias teorías sobre el origen de chévere, algunas más graciosas que otras, pero ninguna comprobada ni demasiado convincente.

“Chévere es una palabra conflictiva, un enigma”, le dice a BBC Mundo la lingüista cubana Gema Valdés Acosta.

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Sin embargo, la especialista de la Facultad de Humanidades de la Universidad central Marta Abreu de Las Villas, Santa Clara, Cuba, se inclina por la teoría que expuso el antropólogo cubano Fernando Ortiz en su Glosario de Afronegrismos de 1924.

Según Ortiz, chévere es sinónimo de cheche que proviene de la lengua africana lucumí y que significa “con la cabeza alzada” o “presumido”.

“Pero chévere es una persona que tiene buen carácter, por lo menos en el Caribe hispánico. Por lo que no son sinónimos, sin embargo, algunas teorías vinculan las dos palabras”, analiza Valdés Acosta, quien se especializa en palabras afrocubanas.

“Es contradictorio”, agrega.

“Elegante”

El cubano Fernando Ortiz también destacó en su descripción de chévere que puede provenir de la palabra sebede del dialecto africano calabar que significa “adornarse profusamente”.

Se trata de una lengua que trajeron a la zona del Caribe los negros esclavos.

“Quiere decir algo muy elegante, con ropas muy vistosas. Y sebede se transformó y resultó en chévere”, agrega Samper Pizano.

Son procesos de cambios fonéticos que ocurren entre las lenguas, como lo fue del latín al español.

“Lo que Ortiz destaca es que la palabra chévere se puso de moda entre grupos negros”, explica Valdés Acosta.

“Parece ser que la palabra comienza su uso a finales del Siglo XIX, sin embargo, es muy difícil de determinar cuál es la procedencia y por dónde empezó a usarse”, insiste.

Lo curioso es que chévere se utiliza hasta en zonas que no tienen una gran influencia africana.

 

El señor de Chièvres

Existe una tercera teoría sobre el origen de chévere, “divertida pero no creo que sea la verdadera”, opina Samper Pizano.

El periodista hace referencia a una hipótesis que planteó otro cubano, Juan José Arrom, que fue profesor de español en varias universidades latinoamericanas y de Estados Unidos.

Arrom descartó la conexión africana con chévere porque no hay relación semántica con cheche y porque además la palabra se usa en varios países además de Cuba, donde la influencia africana en los vocablos fue tal vez más notoria.

Entonces sugirió que chévere refiere a un señor de la nobleza del siglo XV en parte de España y Francia: Guillermo de Croy (1458-1521), señor de Chièvres, que ahora es territorio belga.

“Un hombre de origen francés con muy buena acogida en la corte de Carlos V y según se dice era un diplomático aficionado al arte y muy popular en el sur de España”, describe Samper Pizano.

“A de Croy lo relacionaban con las cosas buenas por lo que compraba, lo que comía, etc. y de ahí que Chièvres se fue transformando en una palabra que representaba cosas buenas en España”.

Entonces el señor de Chièvres pasó a ser un señor chévere.

Y no todo termina en la palabra chévere. También surgieron derivados, como cheverísimo, cheveridad y cheverongo que se usan en Colombia y Venezuela.

“Es una palabra simpática, muy digna de elogio y muy del idioma español. Y es que cada vez es menos extraña. Si se le pregunta a un español qué quiere decir chévere, aunque no la use, seguramente sabe lo que quiere decir”, resume Samper Pizano.

Así que la próxima vez que te pregunten “¿cómo estás?”, puedes responder “¡chévere!”.

Nota: Este artículo de la BBC es parte de la versión digital del Hay Festival Cartagena, un encuentro de escritores y pensadores que se realizó en esa ciudad colombiana entre el 31 de enero y el 3 de febrero de este año.