En Reino Unido existe una organización benéfica llamada Sobreviviendo al Abuso Económico (SEA). Una de las sobrevivientes, que aún después de huir tuvo que hacerse cargo de las deudas que su pareja adquirió con la tarjeta de crédito de ella, aconseja hacerse las siguientes preguntas: “¿Estamos en igualdad de condiciones? ¿El otro gasta el dinero en lujos mientras tú no tienes para nada? ¿Puedes hablar libremente sobre finanzas sin que alguien empiece a pegar?”.