Bullying sexual es toda manifestación de agresividad, intimidación, abuso o presión en la que la sexualidad de la víctima es el elemento central. Es más común verlo dirigido hacia mujeres, pero no es raro que suceda con hombres, especialmente en la etapa escolar, sobre todo a partir de la pubertad. La estructura clásica del bullying es la desigualdad de fuerzas; el bully (el agresor) siempre aparecerá como más fuerte (o serán varios de ellos), amenazante y dispuesto a actuar con violencia; el agredido siempre estará en inferioridad de condiciones físicas, anímicas, mentales o emocionales.

Este abuso puede expresarse de varias formas. Puede ser, por ejemplo, que un chico quiera acercarse de una manera física inapropiada a una compañera, y ella tajantemente lo rechace. Él, frustrado, comienza a esparcir rumores negativos sobre ella y, si logra encontrar eco en su grupo de confianza, podrían llegar a ponerle apodos, burlarse de ella, intentar tocarla inapropiadamente, escribir grafitis denigrantes. Así mismo, puede que empiecen a burlarse y hostigar a un compañero por ser demasiado callado o amanerado o tener una orientación sexual diferente.

Con frecuencia sucede que alguien que ha sido abusado de esta manera a su vez sea abusivo con alguien más débil, para pensar que puede recuperar un poco de control en su vida. También puede formarse un grupo de bullies que aterroricen a una niña con amenazas, gestos obscenos, o intenten chantajearla con publicar en las redes sociales mensajes, fotos de ella, etc., que en confianza le haya hecho llegar a otra persona. Por esto, nunca hay que tomarse fotos inapropiadas, peor enviarlas, ni involucrarse en diálogos de naturaleza sexual por celular (sexting) con nadie. En realidad son muchas las formas en que eventos de esta naturaleza pueden desmoralizar y afectar la imagen y autoestima de un adolescente, dejando en su mente recuerdos tristes de una época que debería ser toda llena de felicidad.

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La primera reacción de alguien que se percate de que intentan hacerle bullying debe ser ignorarlos (el propósito central del bully es que su ofensa produzca un impacto moral; si no lo logra, es posible que gradualmente se desmotive). Si persiste el acoso, debe hacérselo saber a sus padres, y ellos a las autoridades del colegio tan pronto como sea posible para tomar las medidas disciplinarias correspondientes. (O)

salmonlenin@yahoo.com