Subir los cuatrocientos cuarenta y cuatro escalones del cerro Santa Ana para llegar al faro es una de las experiencias imperdibles que tienen los turistas nacionales y extranjeros al estar en Guayaquil. Este recorrido se inicia en las faldas del cerro y termina con una vista panorámica del río Guayas y de toda la urbe porteña.

A lo largo del recorrido, debido al esfuerzo físico, la mayoría de visitantes busca hidratarse. Algunos llevan sus propios envases con agua y otros compran botellas a los negocios que se mantienen abiertos en las viviendas del popular vecindario turístico.

En varios de los pasajes que parten de la escalinata hay baños públicos; sin embargo, estos permanecen con candados, cerrados, sin acceso a los visitantes. Es un tema que lleva varios meses, según moradores y propietarios de negocios.

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Un morador, Rafael, lamentó que los espacios permanezcan cerrados para el público, porque aquello da inconvenientes a los transeúntes que circulan a diario por este reconocido punto.

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“No hay quien se haga cargo de eso”, lamentó el hombre, que contó que hace pocos meses estos espacios fueron sometidos a una remodelación.

Ante ello, los turistas deben ingresar a ciertos restobares que los prestan o, en su defecto, solicitan apoyo a los propios vecinos para que les permitan entrar a sus viviendas a hacer sus necesidades fisiológicas. Este escenario también tiene sus complicaciones, ya que en ciertos horarios de la noche estas opciones se limitan y algunos optan por no prestar debido a la inseguridad.

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En el sitio, el morador contó que algunos habitantes aprovechan para sacar réditos y piden una contribución voluntaria, que puede partir de los $ 0,25.

No obstante, según los vecinos, como Rafael, también esto trae problemas, ya que también hay quienes usan jardineras o portones de los mismos baños para realizar sus necesidades fisiológicas.

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“A veces piden a los locales: piden algo y van al baño. Esto es una vergüenza, porque muchos turistas se molestan. ¿Cómo va a creer que en este sitio no hay un baño público?”, dijo el vecino.

Él considera que la entidad encargada de la administración del espacio turístico debería buscar un mecanismo para delegar a personas, como los guardias de seguridad, con el fin de que se encarguen de monitorear el correcto uso de los espacios y así evitar actos obscenos o peleas, los cuales se daban antes de la remodelación.

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Varios baños públicos se ubican en el paseo de 444 peldaños que conducen desde los bajos del cerro hasta el monumento del faro. Foto: El Universo

Al consultar a guardias de la zona alta del cerro se indicó que se podían requerir baños en la escalinata a negocios o dueños de viviendas. No se expusieron las alternativas de los espacios públicos que permanecen con candados.

Otro vecino, Eduardo, comentó que el que los propios vecinos se hagan cargo del baño se puede convertir en un problema por cuestiones de limpieza, ya que en anteriores años era común observar el mal uso de usuarios.

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“Debe haber una persona que se haga cargo. A tal hora lo abren y a tal hora lo cierran, como de nueve a diez u once”, refirió.

En su vivienda, él contó que permite el ingreso a los baños a los visitantes solo por situaciones excepcionales o de emergencia, ya que en una ocasión cinco mujeres visitantes le dejaron sucio su baño, se fueron sin notificar tal estado y nadie se hizo cargo del problema.

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El propietario de un restobar, quien evitó identificarse por temor a represalias, comentó que a veces prestar baños genera inconvenientes, puesto que a fin de mes les suele aumentar el consumo de agua potable de sus negocios, lo que acarrea gastos mayores.

Él comentó que incluso hay quienes ingresan solo a usar el baño sin realizar ningún tipo de retribución económica, mientras que otros usuarios sí pagan hasta $ 0,50.

“Este es un punto turístico. Por lo menos deberían tener los baños. Desde que la gente viene en el avión dice que quiere venir aquí. El que no ha estado en el faro no ha estado en Guayaquil”, sostuvo el emprendedor y habitante de la zona.

El cabildo porteño, a través de la fundación Siglo XXI, refirió que los baños que se encuentran distribuidos del escalón 37 al 315 fueron sometidos a una intervención por un contrato de mantenimiento para el cambio de cerámicas, piezas sanitarias, accesorios e instalaciones eléctricas, pintura, entre otros.

Después de aquella intervención se cerraron las puertas, según la fundación, para evitar cualquier daño o sustracción hasta definir fecha de apertura al público.

“Actualmente se los va a reabrir, luego de que el sector se encuentra con la dotación de guardias suficientes para que los baños no sean objeto de robos. Este personal cuidará que dichos bienes no sufran sustracción o vandalismo, que fue la razón por la cual se los cerró inicialmente, para darles el mantenimiento y reparación respectivo luego de sufrir robos”, indicó Freddy Jaluff Arias, administrador del contrato, al responder una petición presentada por este Diario al cabildo.

Luego de la consulta de este medio, el cabildo indicó que los baños tentativamente se abrirían el 27 de este mes. (I)