Las calles de la ciudadela Martha de Roldós están limpias. Ya no hay cerros de basura en las esquinas y la inauguración del mercado cambió el aspecto de desorden característico del sector meses atrás. También las aceras están despejadas y hay controles del uso de mascarillas y distanciamiento en la fila de comercios en las avenidas principales.

El aspecto de esta ciudadela cambió desde los trabajos de ampliación en la avenida Juan Tanca Marengo y de la instalación de un ducto cajón en el ingreso a la ciudadela que evita inundaciones, esto también se acompañó con una remodelación de la vía. A esto se sumó que hace una semana se inauguró el mercado con 117 comerciantes en 40 puestos de productos genéricos, 32 de proteicos, 16 de abastos, 14 para artículos varios, 8 de mariscos y 7 de venta de comida.

La última obra entregada por el Municipio de Guayaquil fue la Unidad de Policía Comunitaria (UPC), el pasado jueves, que se enfoca en trabajar con botones de auxilio en toda la ciudadela y que cuenta con un centro de mediación para resolver conflictos. En esta obra se invirtieron $ 274.000.

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Jorge Rodríguez comentó que estas obras son parte de una intervención integral del Municipio en la Martha de Roldós, ya que al frente de la UPC se van a inaugurar seis canchas deportivas, y a la vuelta, en la cooperativa Las Rocas que colinda con Mapasingue, se finaliza una obra de un parque acuático que se prevé entregar para finales de año.

Junior López, comerciante de alimentos de ese barrio, comentó que el aspecto ha cambiado mucho: hay un ambiente ordenado, ya no hay mucha informalidad; pero el problema de la inseguridad por el consumo de droga es a toda hora, aseguran.

Carmen Macías, una de las líderes barriales de la ciudadela Martha de Roldós, lamenta que la problemática social en las familias provoque que muchos jóvenes estén en la calle.

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“En este tiempo, el papá y la mamá trabajan, porque no alcanza; los chicos ¿con quién quedan? Salen, se juntan con malas personas y se pierden. El consumo de droga en el sector es nuestro problema principal”, comentó.

Indicó que los jóvenes saltan las rejas de las viviendas e ingresan a los patios para llevarse lo que encuentren y venderlo para pagar la H. Una moradora de la zona aledaña al mercado comentó que el otro día puso a secar unos baldes y tachos, y se los sustrajeron; también se le han robado zapatos, fierros.

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Sandy, de 19 años, indicó que ella vive en el cerro de Mapasingue, pero trabaja en la Martha de Roldós y ve cómo muchos jóvenes bajan del cerro para robar, arranchar o amenazar para sacar dinero.

″Yo por eso voy con mi cartera bien abrazada, porque no respetan. De día es como más calmado, pero en la noche no se puede, porque salen más chicos en ese vicio; fuman y, cuando ya están así, no respetan. Es un problema”, comentó la joven en la estación de bus.

Rodríguez acotó que las canchas no las han inaugurado justamente por el problema de consumidores, pero que con la intervención de la UPC van a comenzar más programas de seguridad. “Vamos a empezar una campaña para que la gente se inscriba al botón de pánico. La persona tiene que acercarse a la UPC con su celular y un policía los registra en el sistema, y eso registra con geolocalización inmediata. Es superchévere el tema, pero tenemos pocos inscritos, por eso estamos trabajando con dirigentes barriales para que más accedan”, comentó Rodríguez.

Añadió que el fin es recuperar espacios públicos y que no se den arranches, robos, ni problemas delictivos que compliquen este sector intervenido. (I)

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