Guayaquil acogió a decenas de personas que salieron de sus países en búsqueda de nuevas posibilidades en otras tierras. Trajeron consigo sus tradiciones y costumbres. En algunos casos, el idioma no fue un impedimento para su convivencia y labor en la urbe porteña.

Este Diario conversó con cuatro ciudadanos de diferentes nacionalidades que residen en Guayaquil desde hace varios años para reflejar la forma en que viven las festividades por Navidad y Fin de Año.

El libanés Óscar Náder rememoró las tradiciones en su país de origen durante su niñez. Los paisajes cobijaban el ambiente navideño en aquella nación, indicó. Además, el armado del nacimiento era una costumbre familiar que ha perdurado con las décadas. Actualmente disfruta de vivir la Nochebuena en compañía de sus hijos y nietos, con cánticos y rezos.

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Patricia Chen, de nacionalidad china, explicó los regalos que se entregan durante las festividades de Occidente, aunque para su país, la celebración más importante es el Año Nuevo, a realizarse el 1 de febrero del 2022.

Andrés Taipe llegó a Ecuador hace diez años desde Venezuela. En Guayaquil obtuvo un trabajo y formó a su familia. En cada celebración de Navidad y Fin de Año replica tradiciones gastronómicas de su país. También inculca a sus hijos el respeto a las costumbres en estas festividades.

La colombiana Sara Montaño indicó que previo a la Navidad celebran el Día de las Velitas, cada 7 de diciembre, festividad en honor a la Virgen María. Luego realizan una novena hasta el 24 de diciembre, en que comparten regalos y desarrollan misas para aquellos seres queridos que descansan en paz.

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Todos coinciden en lo llamativo de la quema de monigotes durante la noche del 31 de diciembre. Asimismo, dijeron que con el paso de los años, fueron adoptando costumbres de la cultura guayaquileña.

Prosperidad, salud y paz son los deseos de los cuatro extranjeros que han acogido a Guayaquil como su hogar. Aquí las historias.

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Óscar Náder, Líbano

Óscar Náder llegó hace más de 50 años a Guayaquil. Vino desde su natal Beirut, en Líbano, para pasar unos días de vacaciones, pero decidió instalarse en la urbe porteña. En esta ciudad comenzó a laborar y años después formó su familia.

La Navidad es una época especial, manifestó Náder. Dijo que el tipo de celebración es similar en su país de origen y en Ecuador. “La magia de Navidad ilumina todas las regiones del Líbano y su celebraciones son llenas de lindas costumbres y tradiciones que pasaron de generación a generación. La fe cristiana es muy arraigada en la comunidad ecuatoriana de descendencia libanesa, así como en toda la población”, refirió.

El libanés Óscar Náder vive en Guayaquil desde hace más de 50 años. Foto: José Beltrán

Náder explicó que la noche del 24 de diciembre se reúnen en familia para celebrar. “La reunión principal es temprano en la noche con la celebración en conjunto del rito del último día de Adviento. Los niños juegan un papel importante en esos momentos. Ellos participan leyendo las oraciones con nosotros y disfrutan coreando los villancicos. Los más pequeños esperan el momento para llevar al niño Jesús y depositarlo en el nacimiento preparado para la ocasión”, contó Náder.

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Una de las tradiciones que realiza desde su niñez, indicó Náder, es la elaboración del nacimiento. “Una costumbre antigua de mi juventud en Beirut fue la de sembrar granos de trigo sobre un algodón húmedo puesto en los ceniceros de cristal de la casa. Aparte de ser vistoso, eso era el símbolo del renacer y la esperanza, de ver crecer la abundancia con el deseo de que nunca falte el pan en la mesa”, refirió Náder.

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Respecto a la cena navideña, degustan tres platillos. La hoja de uva rellena (platillo libanés), el salmón y el pavo.

“Nunca olvidaré esa imagen que guardo desde pequeño cuando a medianoche y con el frío intenso del mes de diciembre, nos asomábamos al balcón para ver los picos de las montañas que circundan el este de la capital iluminados por las fogatas y el mágico sonido de las campanas que resuenan en celebración del nacimiento”, expresó Náder.

Pamela Chen, China

El Año Nuevo es la celebración más importante para la comunidad china. Este evento se realizará el 1 de febrero del 2020, con la representación del tigre.

Sin embargo, desde hace varios años, decenas de personas con esa nacionalidad que viven en Guayaquil, así como sus descendientes, se reúnen en familia durante las fiestas de Navidad y fin de año.

Patricia Chen, de nacionalidad china, lleva 20 años viviendo en Guayaquil. Comentó que su comunidad se ha adaptado a las tradiciones del Occidente. Foto: Ronald Cedeño. Foto: API

Patricia Chen nació en China y vive desde hace 20 años en la urbe porteña. Contó que a pesar de no dejar a un lado sus costumbres han comenzado a adoptar varias tradiciones del occidente.

“La comunidad china se ha ido adaptando. Lo bonito es que todo se involucre, que no te quedes aislado. Ahora también al ecuatoriano le gusta mucho aprender sobre la cultura asiática. Nos vamos adaptando y es lo bonito cuando vives en una sociedad multicultural, que aprendes y captas lo bonito de todo y lo haces parte de tu vida”, manifestó Chen.

Citó por ejemplo que cada 31 de diciembre elevan los globos de los deseos. “Siempre se elevan doce globos por los meses del año”, refirió.

Chen indicó que en cada celebración se acostumbra entregar como regalo sobres de color rosa con dinero. “Es para traer abundancia, siempre será en números pares, menos el 4. Es para traer fortuna, abundancia a la persona a quien le entregas”, manifestó.

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También realizan banquetes con sus familiares. No obstante, Chen agregó que ya se encuentran en los preparativos para el Año Nuevo Chino, incluso algunos viajan para pasar las festividades en China.

Andrés Taipe, Venezuela

En mayo del 2022, Andrés Taipe cumplirá diez años viviendo en Guayaquil. Llegó desde Caracas, Venezuela, por nuevas oportunidades. Consiguió trabajo en una empresa farmacéutica y formó una familia en la ciudad.

Una de las actividades que le llamó la atención en el país es la quema de monigotes. “Me gustó porque lo hacen de corazón, desde el más pequeño hasta el más grande. En Venezuela hay una provincia en lo que también lo hacen, pero es entre una pequeña comunidad entre colombianos y ecuatorianos”, contó.

El venezolano Andrés Taipe aspira poder ayudar a niños en condición de vulnerabilidad en el 2022. Foto: Carlos Barros. Foto: El Universo

En el tema gastronómico, el tradicional arroz navideño, con el relleno y el pavo es uno de sus platillos favoritos. “La ensalada que preparan acá es muy parecida a una que hacen en Venezuela, pero allá la hacen con gallina”, refirió. Agregó que también le llamó la atención la costumbre de tomar chocolate caliente con pan de Pascua para la época navideña.

“Yo no entendía mucho, pero lo hacen para recordar a la familia y se ponen a hablar de las historias que cuentan aquí las personas, que sus abuelas lo hacían y es una tradición familiar. Cuando uno es extranjero uno siempre carece un poco de esa parte familiar”, manifestó Taipe.

De Venezuela trajo a casa la tradición de preparar pan de jamón y hayacas con una preparación distinta a la local, sobre todo el 31 de diciembre.

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Indicó que está inculcando a sus dos hijos ecuatorianos el respeto a las tradiciones y costumbres nacionales. Cada 24 de diciembre comparten en familia.

Para el 2022, además de prosperidad y salud para su familia, Taipe aspira a poder ayudar a niños en condición de vulnerabilidad que deambulan por las calles de la ciudad.

Sara Montaño, Colombia

El Día de las Velitas es una tradición colombiana que mantiene en Guayaquil la familia de Sara Montaño. Ella es originaria de la ciudad de Villavicencio, en el vecino país. Desde hace nueve años reside en la urbe porteña.

Indicó que esta celebración se la realiza cada 7 de diciembre en honor a la Virgen María. “Ese día hacemos un caminito para la Virgen, con velas y con eso iniciamos las fiestas, prendemos las luces y empieza todo el tema navideño”, manifestó Montaño, de 22 años.

Sara Montaño es colombiana y vive desde hace nueve años en Guayaquil. Foto: Cortesía de Sara Montaño.

Luego, el 16 de diciembre, se inicia una novena entre los integrantes de la familia. Hasta el 24, desarrollan esta actividad en casas de parientes y allegados.

“Cada uno de nosotros hace de anfitrión en su casa, rezamos la novena que es muy diferente, tiene mucha música, por ejemplo se cantan los (misterios) gozosos, rezamos y luego empezamos a comer platos típicos de Colombia como el buñuelo, la natilla, chocolate, arepas”, explicó Montaño.

Ella contó que luego de las novenas realizan juegos entre familiares para mantener la unidad y fraternidad. “Lo hacemos también por los niños, para que aprendan a compartir”, refirió.

El 24 de diciembre celebran el intercambio de regalos y finaliza la novena.

Pero la familia Montaño ha adoptado una costumbre ecuatoriana en fin de año: quemar monigotes.

“Hubo un año en que nos fuimos a Colombia a pasar todos allá, y lo que fuimos de Ecuador nos pusimos a hacer un año viejo. No es que sea muy importante allá en Colombia, pero nosotros nos acoplamos para darle la importancia”, expresó Montaño. (I)