El lojano Rodolfo Paredes se tomó fotografías en el Hemiciclo de la Rotonda, con la palabra “Guayaquil”, luego con las letras corpóreas ledes que forman la palabra Guayaquil, y además en la exposición cercana de pintura de chazas (ventanas coloniales), a la altura de la av. 9 de Octubre.

El turista en compañía de varios familiares realizó un paseo durante su estadía de un día en el Puerto Principal, a fin de aprovechar el periodo de vacaciones en la Serranía ecuatoriana.

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Así como Paredes, el arribo de personas provenientes de localidades de la Sierra e incluso sectores cercanos a la Costa se observa durante estos días en varios espacios del casco céntrico y otros sitios turísticos del norte y sur.

Debido a la situación de seguridad, algunos toman precauciones en sus paseos e incluso optan por hacerlo en compañía de guías o conocidos.

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La concurrencia de turistas de la serranía se da a pesar de los escenarios delictivos que se presentan en la urbe. Algunos de los visitantes manifestaron que tratan de circular con mayor cautela, asistir a los sitios en grupo o con conocidos y también en horarios distintos a los que acostumbraban.

En estos días, en varios de estos espacios turísticos, como el malecón y el parque Seminario, se observó la presencia de guardias privados, agentes metropolitanos y servidores policiales.

Por ejemplo, Paredes contó que visitó el balneario de General Villamil Playas y planeaba pasar un día en Guayaquil antes de regresar a Naranjal. En dicho cantón ha hecho de base durante sus días de vacaciones que comparte en familia.

Una sobrina de él, María Jara, lo acompañó desde Naranjal para guiarlo en sus recorridos en la urbe porteña, ya que conoce más de los espacios turísticos de esta ciudad.

“Hay que andar muy atentos por las noticias que se han escuchado, con más cuidado”, dijo Paredes, quien agregó que prefirieron realizar las visitas en horario de la mañana y primeras horas de la tarde como medida preventiva para evitar incidentes delincuenciales.

En la zona de la calle Loja, dentro del malecón, debido al acalorado ambiente, el cuencano Luis Pomaquisa y otros familiares se resguardaban bajo una sombra al llegar al patio de comidas.

Allí, Pomaquisa contó que buscaban conocer la rueda La Perla y acceder a los juegos mecánicos para sus hijos. En la tarde de ese día, ellos planeaban realizar un último paseo en la Aerovía y después retornar a Cuenca. Ellos arribaron a la vivienda de una hermana, que reside en Durán, para compartir en familia.

“Hasta ahora todo excelente, solo un poco acalorados. No hay que meterles temor a los niños, hay que activarnos, hay que andar con los ojos abiertos... por inseguridad antes se venía en las noches, se caminaba conociendo, ahora preferimos recorrer temprano porque no hay esa seguridad, nos encerramos temprano y nos quedamos dialogando con la familia”, dijo este turista.

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Otro de los sitios que atrajeron a los visitantes fue el parque Seminario, también conocido como de las iguanas. Allí, en medio del intenso sol, decenas de visitantes acudieron en estos días con ropa más fresca, como pantalonetas y camisetas, además de gorras y sombreros para protegerse del sol.

En ese sitio, los guardias se mantenían dando rondas y advirtiendo a los turistas de evitar pisar áreas verdes y tocar a las iguanas.

Entre los visitantes del sitio, Segundo Tarco, que reside en la urbe, se encargó de guiar a su novia y su madre que llegaron de visitantes desde Ventanas (Los Ríos) para aprovechar el fin de semana. Ellos recorrieron el parque y después avanzaron por el malecón hasta los bajos del cerro Santa Ana.

“Vinimos temprano porque más tarde no se puede salir por la inseguridad que estamos viviendo aquí”, dijo este ciudadano.

En los exteriores del parque Seminario, varios vendedores ambulantes aprovecharon para expender bebidas y helados que resultaron apetecidos por los turistas. (I)