Con su hija en brazos, Fernando Bohórquez y Doris Guerrero ingresaron por primera vez a la que será su casa en el plan habitacional Valle Esperanza, en el sector de Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil.

La familia Bohórquez Guerrero fue una de las que tuvieron fuertes afectaciones en sus viviendas en el atentado con explosivos que se perpetró el domingo 14 de agosto en la Décima y la H, sector del Cristo del Consuelo conocido como Calle 8, en el suburbio, a orillas del estero Salado.

A paso lento, Doris recorrió este martes 20 cada uno de los tres dormitorios y la sala de la nueva casa. Abrió las llaves del lavaplatos y del baño. Asimismo, probó que el juego de llaves que le entregó la Empresa Municipal de Vivienda fuera el correcto.

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Ella tiene cuatro meses de embarazo, y ahora dice estar más tranquila al saber que tiene un techo seguro y un lugar en donde estará más cómoda para el recibimiento de su segundo hijo. “Yo me siento muy feliz. Soy, creo, la primera que recibo mi casa, y lo estaba esperando hace tiempo. Es una bendición ya tener mi casa”, cuenta.

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Desde el día de la explosión, la pareja se mudó adonde un familiar en el mismo sector de Cristo del Consuelo. La planta alta del edificio en el que vivían sufrió daños en el techo de zinc, en tres paredes (frontral y laterales) y en el piso, que se cuarteó. “No era seguro. Me daba temor regresar, o arreglar y saber que mi hija pequeña podía estar ahí y en algún rato le podía caer algo o que eso se venga abajo”, señala Guerrero.

La pareja solía ir durante ciertas horas del día a vigilar los electrodomésticos y muebles que aún estaban dentro de la vivienda afectada.

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Doris junto con Fernando habían realizado un préstamo de casi $ 6.000 para adecuar el espacio en el que estaban viviendo. Tenían menos de seis meses de haberse pasado a vivir a la casa de una tía que les arrendaba el piso.

“Tenemos un poco de alivio, porque ya tenemos donde vivir, aunque debamos pagar la deuda de algo que se destruyó”, relata el joven, de 29 años, quien es el jefe de hogar.

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En la madrugada del domingo 14 de agosto se produjo un ataque con explosivos. Al menos 11 inmuebles resultaron afectados. Foto: El Universo

La entrega de la casa en Valle Esperanza fue una de las promesas que la alcaldesa Cynthia Viteri hizo a pocos días de la explosión. El anuncio lo hizo considerando que once viviendas del sector de la Décima y la H resultaron afectadas. El fuerte estallido, además, causó 5 muertos y 17 heridos.

En este plan habitacional, en el noroeste de la ciudad, hay trece casas que ya han sido entregadas. Las familias que gozan de las viviendas, de 93 metros cuadrados y que están hechas a base de cemento, son aquellas en situación de vulnerabilidad, como es el caso de la pareja Bohórquez-Guerrero, afirma Patricia Rivera, presidenta de la Empresa Pública Municipal de Vivienda.

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En este sector de la ciudad se están adecuando dos hectáreas en las que se levantarán 114 casas. “Vemos que exista una armonía con la comunidad, una convivencia en el hogar y que sean familias que cuiden a sus hijos”, dice Rivera, al comentar cuáles son los parámetros que se analizan para donar las viviendas en el plan habitacional, que tiene apoyo del sector privado.

Este martes 20, Oswaldo Bombón también recibió una casa. De momento, el padre de cinco hijos vivía en una casa de caña que estaba ubicada frente a Valle Esperanza. “Creo que no hay algo más bonito que saber que se tiene casa y que tus hijos van a estar seguros”, anota Bombón. (I)

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