La planta de tratamiento de aguas residuales Las Esclusas, obra creada entre el cabildo de Guayaquil y la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Emapag-EP, se encuentra terminada y servirá a más de un millón de personas que viven en el sur de la ciudad.

Esta planta fue construida por el Consorcio PTAR Las Esclusas Guayaquil, conformado mayoritariamente por Hidalgo e Hidalgo S. A., empresa nacional, y la empresa india Va Tech Wagag, de prestigio internacional.

Obras de infraestructura comunitaria, agua y alcantarillado se han priorizado en sectores del norte y noroeste de la ciudad

La planta Las Esclusas está ubicada en el sur de Guayaquil, en el Guasmo; se alimenta de dos grandes estaciones de bombeo: Pradera y Guasmo.

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Para su tratamiento se construyó una obra de infraestructura que destaca por un gran tanque de tratamiento preliminar que sirve para separar los sólidos; un tanque de floculación en el cual se dosifica a través de un sistema automático, cloruro férrico y polímeros, químicos que permiten la aglutinación de las partículas en suspensión, luego pasan a un proceso de sedimentación en grandes tanques cilíndricos o clarificadores, donde se asientan los lodos.

Las aguas clarificadas continúan su proceso a través de un canal de distribución del efluente, pasan por una cámara de mezcla en donde se les adiciona cloro, prosigue una aireación por el canal trapezoidal y continúa el tratamiento con un nuevo proceso, donde el cloro residual es diluido para la desinfección final y así entregar estas aguas al río Guayas, completamente limpias, desinfectadas y amigables con el medioambiente, a través de una tubería de acero de 420 metros de longitud y 2.400 mm de diámetro.

En la segunda fase llega el lodo sedimentado en los clarificadores, normalmente es depositado en lechos de secado para luego ser transportados a sitios de acopio de desechos.

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Pero esta planta tiene un desarrollo tecnológico que se aprovecha de los desechos mediante un sistema de espesamiento, en estas condiciones pasan a los tanques digestores, donde se les da un tratamiento térmico, provocando un proceso anaeróbico de producción de biogás.

Este constituye un combustible que genera electricidad y será el 35 % de la energía que se requiere para la operación de la planta.

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Un último proceso es el control de olores, a través de diferentes elementos que permiten purificar el medioambiente de la contaminación y los malos olores.

El tratamiento de las aguas residuales beneficiará, en sus inicios, a más de un millón de habitantes que residen en toda la zona sur de la ciudad, y está diseñado y proyectado para servir a la urbe en los próximos 30 años, acorde con su crecimiento poblacional.

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Esta planta de tratamiento es una verdadera ciudadela sanitaria con todos sus servicios, que incluyen una automatización total de la obra, tratamiento de grasas y aceites, producción de agua industrial, sistema contraincendios, agua para el riego de áreas verdes, sistemas de seguridad automatizada, control de calidad y análisis físico-químico-biológico del agua entregada al río, etc.

El costo de esta obra supera los 100 millones de dólares, financiados por el Banco Mundial y la banca europea, y ha sido fiscalizada por WSP-Sísmica, consorcio colombo-ecuatoriano.

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A más de esta planta también está en construcción la planta Los Merinos, en el norte de Guayaquil. (I)