Raquel recuerda el sacrificio de su madre para darle un techo propio. Con la liquidación de su trabajo compró al contado una vivienda en el sector de Mucho Lote 2, en el norte de Guayaquil.
Hoy, casi nueve años después, esa casa enfrenta una orden de embargo por una deuda que según ella no es suya sino de la constructora que vendió las viviendas.
“Mi mamá se jubiló y con la jubilación de su trabajo compró esta casa. Una casa que ahora me dicen que me la van a quitar. Se supone que yo compré mi casa con mi plata”, relató angustiada la moradora.
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Como ella, 26 familias más de la misma ciudadela han recibido notificaciones de embargo por parte de una agencia bancaria.
El problema, aseguraron, es que las casas fueron hipotecadas por la constructora antes de ser vendidas al contado, sin que los compradores fueran advertidos.
La mañana de este lunes, 29 de septiembre, los vecinos salieron con pancartas y carteles para protestar frente a la ciudadela.
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“Es una estafa que me vendan una casa hipotecada sin decírmelo”, reclamó Ana Aspiazu, otra de las afectadas que vive con su hijo, su nuera y sus nietas.
De acuerdo con los moradores, la constructora utilizó al menos 27 casas como garantía de una deuda de medio millón de dólares con una agencia bancaria.
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Incluso, comentaron que personal de la empresa ha ingresado a la urbanización haciéndose pasar por visitantes para fotografiar las viviendas con orden de ejecución.
Los vecinos explicaron que desde 2019 han organizado plantones y reclamos formales.
“Uno sin plata, ¿a dónde se va a ir? Todo lo que tenía y mi inversión está ahí”, expresó María José, otra moradora.
El Municipio de Guayaquil les informó que el caso será revisado y que en los próximos días se mantendrá una reunión con los residentes para evaluar la situación.
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Mientras tanto, un abogado contratado por los vecinos se mantiene recopilando información para poner una denuncia por daños a terceros.
“A mí particularmente, ni del banco ni de la constructora me notificaron nada. Ahora recién me entero de esta novedad”, señaló otro propietario.
Los residentes permanecieron protestando desde las 07:00 hasta casi las 09:00 en los exteriores de la ciudadela.
Aproximadamente a las 10:00 se reunieron con autoridades del Municipio de Guayaquil y al mediodía regresaron a la garita de la urbanización para seguir protestando.
Fabricio Sánchez, quien compró su vivienda con la liquidación que recibió al salir de su trabajo, es otro afectado.
Su esposa expresó sentirse preocupada y con mucha incertidumbre de no saber qué pasaría con su casa.
Las familias están a la espera de que las autoridades impidan los embargos y que la constructora responda por lo que ellos califican como una estafa. (I)