Urdesa norte es una zona de Guayaquil donde el 27 de cada mes se reúnen fieles para venerar al Dr. José Gregorio Hernández.
Desde diferentes sectores de la ciudad llegan al templo para elevar agradecimientos y oraciones pidiendo un milagro al conocido como el “Médico de los Pobres” (1864-1919).
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El Dr. Gregorio Hernández fue beatificado el 30 de abril de 2021 en Caracas y este 25 de febrero el papa Francisco aprobó el decreto para la canonización del beato venezolano.
Con ello, el médico será el primer santo de Venezuela. Hernández nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, en el estado andino de Trujillo, y falleció en 1919 en Caracas tras un accidente vehicular a la edad de 54 años.
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“Era un médico lleno de ciencia y de fe que supo reconocer en los enfermos el rostro de Cristo y, como buen samaritano, los socorrió con caridad evangélica”, dijo el pontífice en mayo de 2021.
Fue beatificado cuando la Santa Sede reconoció el milagro concedido a la niña Yaxury Solórzano Ortega, quien recibió un disparo en la cabeza durante un asalto mientras se encontraba con su padre y a quien los médicos que la atendieron habían desahuciado.
En Guayaquil, el hermano Gregorio lleva años siendo objeto de devoción en la parroquia San Antonio de Padua, ubicada en Urdesa norte, av. Cuarta 307 entre las calles Segunda y Tercera.
Cada 27, sin importar el día, se celebran once misas desde las 07:00 hasta las 18:00.
En el sitio hay un cuadro dedicado al santo, que cada 27 se llena de cartas, estampas, velas de colores.
Años atrás, Martha Béjar, presidenta de la Agrupación Cívica Social y Cultural de Urdesa, contó que fue Isabel Portilla de Béjar, su mamá, quien trajo la devoción a la ciudad tras ser curada milagrosamente de un tumor que tenía en la yugular.
Cuando se repuso, convocó a sus vecinas a rezar el rosario; al tercer mes comenzó una misa más grande para agradecer el milagro concedido. “Esto fue sucediendo durante los años siguientes, sin embargo, las personas eran demasiadas hasta que trasladaron la ceremonia a una habitación para darle culto”, relató Béjar cuando se conoció sobre la beatificación del hermano Gregorio. (I)