Con motos, bicicletas o a pie. Así le tocaba salir a Dalia de su vivienda en la cooperativa Nuevo Guayaquil, en el sector Flor de Bastión, noroeste de Guayaquil. La casa, ubicada en la bajada de una pequeña loma, era un sitio de difícil acceso, lleno de tierra y en el invierno, de lodo.