La decisión del Gobierno sobre la obligatoriedad de la vacunación y el exigir el carné para acceder a establecimientos no esenciales tiene diversos criterios en las calles. Unos refieren que se debe respetar la decisión de cada individuo sobre vacunarse o no, mientras que otros apoyan abiertamente la necesidad de que se inste a la población a la inoculación.
Allison, de 30 años, consideró que el carné debería ser obligatorio solo en ciertos sitios públicos, pero no en todos los espacios. Para ella, se debe considerar que no todos están de acuerdo con las vacunas, por asuntos religiosos o por diferentes puntos de vista.
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“Yo me vacuné porque me exigieron, desde hace un mes nos empezaron a dar un ultimátum para trabajar; y bueno, hasta cierto punto entiendo, porque uno está en contacto con la gente. Por respeto a ellos, a mis clientes, sí acepté”, indicó la mujer, quien recién se vacunó hace unas tres semanas.
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Ana María Salazar, de 37 años, residente del sur de Guayaquil, está de acuerdo con que se obligue a las personas a que se vacunen, por el actual escenario de la pandemia.
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Ella cree que la vacuna sí ha funcionado, porque los casos graves de coronavirus han disminuido. “Ya no es el Guayaquil de antes, con tantos muertos que no queremos ni recordar por lo doloroso que fue. Ahora vemos que sí hay contagiados, pero es leve, justamente por la vacunación”, indicó.
Salazar consideró que no sería justo que quienes han cumplido las reglas, que siguen las normas de bioseguridad y que se han vacunado tengan que pagar los platos rotos por quienes no se vacunan.
Gerardo Maldonado, de 48 años y vendedor formal del centro de Guayaquil, también cree necesaria la obligatoriedad de la vacunación, porque así menos personas estarán en riesgo de contagiarse y se evita que el contagio aumente en nuestro país.
“Sí, debe ser obligatoria la vacunación. Ya cuántos meses han pasado y que haya gente que aún piense en cosas del chip o que se mueren, tanta gente vacunada a nivel mundial y no pasa nada”, aseveró.
Para Jorge García, de 50 años, la vacunación y la exigencia del carné es clave para la reactivación de actividades y en espacios públicos donde se ve más concurrencia. “Ahora (el carné) se debe exigir en todo sitio, porque debe haber una garantía de que se eviten los contagios, y una de esas garantías es la presentación del carné o el certificado, que se lo puede descargar”, afirmó.
Este ciudadano estimó que el carné se debió exigir desde que se completaron ambas dosis en el primer grupo, porque así se hubieran sumado más personas. “Vimos que se les dio incentivo para que se vacunen y funcionó; así mismo se debe continuar con otro tipo de incentivos pequeños, porque así se convence a las personas aquí”, manifestó.
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El Municipio de Guayaquil ha barajado la idea de dar un descuento del 5 % en los impuestos prediales a quienes completen la dosis de refuerzo, esto como una medida para impulsar la vacunación.
Pero hay quienes no se ha vacunado aún debido a condiciones médicas. Una mujer de 65 años, quien tiene un solo riñón y otras afecciones, indicó que tuvo que esperar varios meses para obtener citas en especialistas y obtener un punto de vista sobre si podía vacunarse. Recién la semana pasada pudo obtener el último diagnóstico para poder acceder a la primera dosis. Estos meses casi estuvo encerrada en su casa esperando las citas.
Raúl Laurido, de 36 años, cree que la obligatoriedad de vacunarse no es posible, porque es inconstitucional. No obstante, consideró que la presentación del certificado de vacunación en establecimientos privados es válido, porque al ser privados ellos ponen las reglas. “En instituciones públicas no puedes exigir, es discriminatorio”, dijo. (I)