“En 45 minutos se me llevaron ocho años de trabajo”. Una emprendedora, con cierta desazón, describe el robo que sufrió su tienda de ropa, ubicada en el centro de la ciudad, el pasado viernes.
Ese día, cuatro personas —dos hombres y dos mujeres— ingresaron, amarraron y amenazaron a una de las personas que estaban a cargo del establecimiento para atender a clientes. El hecho se registró aproximadamente a las 18:12, según lo que quedó grabado en las cámaras de videovigilancia.
Según relata la emprendedora, quien justamente ese día no se encontraba en el país, la tarde del viernes llegaron, inicialmente, dos mujeres a ver la mercadería. Como hace pocas semanas, por la inseguridad, se habían cambiado las políticas para ingresar al edificio en donde está el local, ellas ingresaron solas.
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Se estableció que solo ingresen a la tienda mujeres, para evitar cualquier inconveniente.
”Yo bajé a abrir la puerta luego de que tocaron el timbre, como suelen hacer las clientas, y ellas subieron conmigo”, cuenta la trabajadora.
A unos minutos de haber ingresado, las mujeres le solicitaron una blusa de cierta talla y una de ellas ingresó al probador. Poco después, la misma mujer le pidió a la trabajadora que la ayudara con otra talla y, al llevársela, fue cuando la tomaron del cabello y la lanzaron al piso.
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”Me jalaron el cabello y me tiraron al piso. Me pedían que me pusiera boca abajo, pero yo no quise, porque luego cómo me desamarraba, cómo salía de allí, si yo estaba sola. Me puse las manos al frente y me amarraron con cintas”, cuenta la joven, quien aún está nerviosa por lo sucedido.
Desde el probador, ella escuchó que llamaron por teléfono a alguien y poco después dos hombres subieron. Antes de eso, le habían pedido que les entregara la tarjeta magnética con la que se podía subir y bajar del ascensor.
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Ella relata que desde el probador escuchó cómo sacaban de las perchas la ropa y cómo entre ellos se decían que debían hacer las cosas rápido, que se les terminaba el tiempo. “Me decían que, si me movía, me iban a dar un puñete o sacar la pistola”, cuenta la joven.
Además de la ropa, los delincuentes se llevaron una laptop, dos teléfonos celulares y $ 120 que estaban en el mostrador. El dinero era parte de los ahorros de la dependiente de la tienda, quien los guardaba en el mostrador, dentro de una caja. La laptop la habían comprado hace un par de semanas para habilitar el sistema de facturación electrónica.
Parte del robo quedó registrado en cámaras de videovigilancia ubicadas en las escaleras. Las demás cámaras fueron pintadas con aerosol negro para evitar que se grabara dentro del local.
El departamento de la dueña de la tienda, que está en el mismo piso, también fue desvalijado. Los ladrones se llevaron carteras y cinturones de marca, joyas y mercadería por entregar valorada en más de $ 5.000.
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El perjuicio económico de todo el robo es de más de $ 20.000 entre ropa, zapatos, carteras y accesorios. ”Yo no sé qué hacer. No sé si regresar a Ecuador o migrar (la propietaria se quedó en Estados Unidos luego de conocer el robo). Se me llevaron hasta las llaves de mi departamento. Se llevaron todo lo que iba a vender para diciembre, la mercadería navideña. Nunca pensé vivir algo así”, dice la emprendedora.
En el edificio se hizo el cambio de la cerradura el fin de semana, y el lunes se realizaron trabajos para cambiar chapas en el departamento y local. Aunque la emprendedora no descarta que el comercio pueda salir de esa zona del centro.
La trabajadora de la tienda ya colocó la denuncia, y en esta semana continuarán los trámites para dar con los responsables. En estos días, ella procederá a testificar.
”Yo sé que la Policía y la justicia ecuatoriana demorarán o quizá no me solucionen, pero yo lo hice público y viral para que más emprendedoras como yo tengan cuidado y se protejan, para que no les suceda lo mismo que a mí”, dice la emprendedora, quien también sufrió el robo de su vehículo hace unos tres meses y hasta el momento espera documentos para cobrar un seguro. (I)