Gustavo Ochoa trabaja en el Oriente desde hace diez años. Durante esa década ha podido movilizarse hacia su natal Quevedo, en la provincia de Los Ríos, solo tres veces.
En cuatro navidades le tocó trabajar y en las restantes no logró conseguir boleto aéreo de El Coca a Quito para luego viajar a Los Ríos.
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Este año, en el que parecía que iba a ser otra Navidad sin su familia, logró viajar con el boleto de un compañero a quien a última hora le tocó trabajar.
”Él me dijo que le dijeron que debe trabajar en Navidad. Él ya tenía comprado todo, pero ahí en la aerolínea le permitieron cambiar el pasaje y dármelo a mí”, relató Ochoa.
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La tarde del viernes salió desde Quito hacia Guayaquil en una cooperativa interprovincial y al mediodía de este martes, 24 de diciembre, su familia lo recogería en la terminal terrestre ubicada en la av. Benjamín Rosales, en el norte de la ciudad.
”Cuando les dije que iba a viajar, a ellos no les importó que se retrase la preparación de la cena o de lo que siempre se hace: todos querían verme. El mejor regalo para mi familia será que pude viajar y estar con ellos”, contó Ochoa, de 33 años, quien no había podido viajar a visitar a su familia desde agosto de este año.
La mañana de este martes, 24 de diciembre, horas antes de la Nochebuena, la terminal terrestre de Guayaquil recibió a decenas de viajeros que buscan pasajes para movilizarse hacia sus ciudades natales o regresar a Guayaquil desde las localidades en las que trabajan.
Mario Tomalá y su esposa, Letty Ibáñez, pidieron permiso en sus respectivos trabajos para viajar horas antes a Portoviejo. Con una maleta grande para ambos llegaron desde el sector de Mapasingue este, este martes.
Ellos compraron regalos para sus cinco sobrinos y, previamente, los enviaron por encomienda para poder viajar ligeros. ”No tenemos hijos, pero a nuestros sobrinos los sentimos como si fueran nuestros. El domingo, cuando mandamos los paquetes con los regalos, mi mamá saltaba y gritaba de emoción porque sabía que íbamos a ir. Ha habido navidades que no hemos podido viajar por trabajo”, mencionó Ibáñez.
La pareja tiene un restaurante y una pequeña tienda en Mapasingue y, en entre el 20 y 25 de diciembre, son los días que más ventas generan. Por ello, no suelen viajar, para no perder esos ingresos extras.
”Decidimos que el trabajo se puede recuperar, pero pasar con la familia no nos lo va a pagar nadie”, afirmó Tomalá.
Las terminales terrestres prevén acoger a más de 179.000 usuarios que viajarán en el feriado de Navidad. Esa cifra es la que se proyecta desde el lunes 23 hasta el miércoles, 25 de diciembre.
El flujo más importante de pasajeros se prevé hacia destinos como Salinas, Manta y Esmeraldas.
Este martes, las cooperativas que ofrecen boletos a Cuenca, Machala y La Maná también se llenaron de usuarios que buscaban boletos.
El cuerpo de guardias con el que cuentan las terminales con apoyo de Policía Nacional, indicó la fundación Terminal Terrestre, serán los encargados de preservar el orden y control dentro de las instalaciones para que las familias disfruten de su viaje.
Asimismo, uniformados de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) están desplegados en las vías cercanas a la terminal terrestre para control el ingreso y la salida de vehículos.
”Ojalá que esto no se vuelva un caos en fin de año. Ojalá que todo esté tranquilo, porque uno lo que quiere es llegar temprano a casa y disfrutar en familia”, manifestó Ornella Tinoco, quien este martes tenía previsto viajar a Esmeraldas. (I)