Unas cinco personas ocupan las mesas del local de una cadena de tiendas de conveniencia. Comen sánduches o beben un sorbo de café.

Ocurre en un ambiente distendido antes de las 10:00. Desde ese local se ve el movimiento de carros y personas de una parte de la avenida 9 de octubre.

De repente el local se queda en penumbras. Es miércoles. La energía se corta y deja sin luz a ese sector céntrico. La luz natural que entra desde la calle apenas da cierta claridad al negocio. Ante ello, unos toman sus últimos bocados y salen del negocio.

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Con el corte, los dos cajeros automáticos de bancos que están en el negocio dejan de operar. Y los dependientes que atienden en el mostrador comienzan a advertir a los clientes que entran en ese momento que solo aceptan pagos en efectivo ante el impedimento de usar los puntos de débito de tarjetas.

A las 10:00, farmacias, cafeterías, y otros comercios de los alrededores también hacen como un cese parcial de actividades ante la restricción de energía. Es una pausa forzada de dos horas en el corazón de Guayaquil.

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Una dependiente de un local de donas de la 9 de octubre solo despacha dos productos a esa hora: ciertas donas y té. No tiene cómo cobrar otros ítems y combos porque no puede entrar al sistema. Los pedidos de app se le complican atender por el corte del suministro. Ese local no tiene generador independiente.

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A esa hora, en la 9 de octubre y Pedro Moncayo, frente a la Casa de la Cultura, parece que hubiese una convención de abogados y usuarios. Varios permanecen afuera de la dependencia del Palacio de Justicia.

Un agente policial cierra la puerta principal y comunica que la atención se reanuda a las 12:00, cuando retorne la luz en el sector.

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-”Pero tengo una diligencia”, dice un abogado.

-”No se puede entrar, después que venga la luz entra”, replica el agente.

En el Palacio de Justicia, a las 10:00 del miércoles, se cerró la puerta durante el corte de energía.

Otros usuarios que llegan para trámites se desinflan al saber que la atención queda paralizada. “Esto seguro que lo difieren para otro día”, dice con desazón un hombre que llegó a realizar un proceso.

Cerca de las 11:00, por la calle Primero de Mayo se escuchan potentes generadores de energía que tratan de abastecer edificaciones privadas y públicas.

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El ruido se mezcla con el paso de los vehículos. Los peatones que cruzan las intersecciones de la zona miran de un lado a otro, como tratando de prevenir por si los semáforos dejan de funcionar.

“Está prendido este semáforo, pero uno no sabe si con este corte puede fallar”, dice un hombre al pasar para ir hacia un supermercado.

Dentro de ese establecimiento hay luz proveniente de un generador. El servicio de cobro en las cajas está activo, lo que sorprende a unos peatones que ven negocios vecinos a oscuras.

Unos entran allí hasta hacer tiempo que regrese las luz al mediodía. Pero no son muchos los clientes al interior.

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Los negocios están soportando pérdidas en semanas que son claves para el comercio navideño. El bulevar parece deprimido entre las 10:00 y 12:00.

Hay grandes negocios que encienden sus generadores para poder dar atención en las dos horas del corte en el centro.

Mientras esperan el retorno de la energía, unos empleados de locales se apuestan en las entradas, como guardias. Otros salen a los portales como tratando de que pasen rápido esas dos horas para retomar las actividades.

Con linternas, unos comedores y restaurantes que atienen a comensales de oficinas se las arreglan para tener el menú listo para el mediodía. Unos que atienden desde la mañana, ofreciendo servicios desayuno, han sentido baja en la clientela.

Guayaquil, que mueve su economía en gran parte de la actividad comercial, acumula pérdidas por cada hora de corte. Este 7 de noviembre, Ecuador acumula 22 horas de apagones, según un balance realizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil.

Su director ejecutivo, Juan Carlos Díaz-Granados, indica que es indudable que los apagones han tenido un impacto perjudicial en las ventas totales de todos los sectores de la economía. Señala que bajo condiciones normales, los 21 sectores de la economía en esas 22 horas hubieran generado $ 584 millones. Sin embargo, a raíz de los apagones, desde la Cámara se estima que se habrían registrado apenas $ 145 millones en ventas totales.

“De este modo, durante las 22 horas de apagones, los sectores productivos ya acumularían $ 439 millones en pérdidas”, calcula Díaz-Granados.

Los cortes en el centro de 10:00 a 12:00

Sector centro: Antepara hasta la calle Quisquís y por Manuel G., desde Antepara hasta Rumichaca. (Alejo Lascano, Padre Solano, Luis Urdaneta, Av. Del Ejército, García Moreno, Antepara, Machala, Quito, Pedro Moncayo, Juna P. Arenas, Lorenzo de Garaycoa, Rumichaca, Riobamba, Ximena).

Calle Boyacá, Mendiburo, Córdova, Junín, calle Vélez, Escobedo, Aguirre y Pedro Carbo. hacia el sur por la calle Boyacá hasta la calle Vélez. (Manuel Galecio, Alejo Lascano, Padre Solano, Luis Urdaneta, Junín, V.M. Rendón, P. Icaza, 9 de Octubre, Vélez).

Calle Ximena hasta P. Moncayo y de 9 Octubre a Alejo Lascano, Imbabura, Rumichaca, Ximena, Riobamba, Lorenzo de Garaycoa, J. Campos, Luis Urdaneta, Junín, V.M. Rendón, Manuela Galecio.

Por la calle Aguirre hasta la calle Córdova y continúa por la calle Rocafuerte hasta la av. 9 de Octubre.

Ballén hasta Tungurahua y por Tungurahua hasta Luque. Por Luque hasta García Moreno y por Antepara desde Vélez hasta 1 de Mayo y por 1 de Mayo hasta Mascote y por Av. del Ejército desde 1 de Mayo hasta Alejo Lascano. (I)