El malestar de un quiste en el hígado, hipertensión y dolor constante en los huesos llevaron a Sara Pinargote, de 72 años, a venir mensualmente de Babahoyo a Guayaquil para realizarse consulta y exámenes en el dispensario médico Monseñor Eliécer Fiallos, en la parroquia El Sagrario.

Ella por más de diez años se ha atendido allí, porque la atención con el especialista cuesta $ 8 y le obsequian los medicamentos; asimismo, los exámenes son a muy bajo costo. Sin embargo, ahora dice estar en incertidumbre, porque le anunciaron que solo atenderán hasta el próximo martes, 31 de octubre.

Cómo funciona la red de dispensarios médicos de la Arquidiócesis de Guayaquil

El padre Francisco Sojos, rector de la Catedral Metropolitana San Pedro Apóstol y párroco de la parroquia El Sagrario, informó semanas atrás a los médicos y personal el cese de funcionamiento de ese dispensario.

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Este dispensario, ubicado en las calles 10 de Agosto y Chimborazo, funciona desde hace 60 años por medio de un convenio entre un grupo de médicos y la parroquia El Sagrario. El padre Sojos, quien se posesionó como párroco de esa parroquia, tomó la decisión de no continuar con este convenio.

Una de sus más antiguas colaboradoras, Juana Ávila, comentó que llegó hace 32 años como enfermera y que le gustó el servicio a la comunidad.

Pacientes piden no cerrar el dispensario médico de la parroquia El Sagrario, ubicado a un lado de la Catedral. Foto: Carlos Barros/El Universo. Foto: El Universo

La mujer, que ahora tiene 56, comentó que se atiende a más de 30 pacientes diarios y que llegan de varios sectores de Guayaquil, de otros cantones del Guayas y hasta de otras provincias, como Los Ríos y Santa Elena.

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“Es una obra social que realizamos. La atención médica es a bajo costo y hasta se les da la medicación que se tiene por donaciones de empresas. Por eso las personas vienen, porque ya salen con su medicina en mano y no tienen que recorrer más, a no ser por algo muy específico”, explicó.

Sara, de Babahoyo, no sabe cómo continuar su tratamiento tras enterarse del cierre del dispensario. “No encuentro turno en los centros de salud, y atención privada es cara. Llegué aquí hace más de diez años y, por el buen trato, me he quedado”, contó la mujer.

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Otros pacientes también se mostraron preocupados por la noticia. Janina llegó con su madre, de 81 años, quien tenía lastimada su encía porque se le partió una muela.

“Nos pedían $ 25, $ 30 por el calce, y para eso no nos alcanza. Acá solo es $ 8; se la puede hacer atender aquí. Ya mi familia siempre viene, porque la atención es rápida; no hay que esperar mucho″, comentó la joven, residente del centro.

Adultos mayores acuden a realizarse atención continúa en ese dispensario. Foto: Carlos Barros/El Universo. Foto: El Universo

Mientras que Julieta, de 22 años, comentó que por $ 20 ya se realiza la consulta ginecológica y el eco de control de su bebé. “Descubrí este centro, que es bueno y económico. Afuera solo el eco me sale por $ 50″, comentó.

El odontólogo Leonardo Crespo Ramos, quien brinda atención allí desde hace 28 años, manifestó que se mantiene la posibilidad de dialogar con el párroco Francisco Sojos o el arzobispo Luis Cabrera Herrera para que se mantenga en ese punto la atención a la comunidad, en el centro de Guayaquil.

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Este Diario consultó al padre Francisco Sojos para conocer más detalles sobre los planes que tiene la parroquia El Sagrario para ese espacio, en el que aún funciona el dispensario, pero hasta el cierre de este reporte no hubo respuesta. (I)