Uno de los hijos de Melina comenzó a tener síntomas respiratorios la semana pasada. Su hijo le comentó que en su grado había chicos que estaban con problemas similares. No se inquietó porque pensaba que era parte de una condición gripal por el cambio estacionario de la Costa.

La condición de su hijo no era inestable, pero decidió hacerle una prueba de COVID-19 para descartar cualquier vínculo con esa enfermedad. Los resultados confirmaron que el niño dio positivo.

Los casos de COVID-19 en planteles de la Costa han ido apareciendo paulatinamente en las últimas semanas. Según cifras oficiales, en la Zona 8, que comprende Guayaquil, Samborondón y Durán, se han contabilizado más de 300 casos entre docentes y alumnos.

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Más de 300 contagiados de COVID-19 en planteles educativos de Guayaquil, Durán y Samborondón

Eso ha llevado a que algunos planteles pidan por chat a padres que eviten enviar a sus hijos cuando presenten cuadros respiratorios, otros han decidido volver a clases virtuales en cursos donde se han detectado casos o docentes que han tenido contacto con sospechosos de COVID-19.

A inicios del año lectivo, el Ministerio de Educación emitió lineamientos para el uso de las mascarillas y allí incluyó el protocolo que se debe seguir cuando hay casos sospechosos o con síntomas respiratorios.

En esos lineamientos se establece que si los estudiantes muestran sintomatología respiratoria, ellos no deberán asistir a la institución educativa, hasta que los síntomas hayan desaparecido o cuenten con una prueba de antígenos o PCR negativa para COVID-19.

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Además, se fija que los docentes, personal administrativo o DECE de la institución educativa que presenten sintomatología respiratoria o síntomas sospechosos de COVID-19 deben acudir al centro de salud más cercano o de su preferencia para su evaluación y recomendaciones médicas; de igual manera deberán realizarse la prueba de antígenos o PCR de COVID-19 cuando el personal médico lo considere necesario para descartar un caso positivo.

Y aunque existe un lineamiento para actuar ante los casos sospechosos, hay padres que creen que los planteles no tienen uniformidad y están tomando diferentes medidas.

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A más del COVID-19, otros virus circulan por cambio de clima y provocan males respiratorios

A inicios del año lectivo, Juan tuvo que llevar a sus hijas con síntomas gripales a un médico que le recomendó no enviarlas al plantel. Las niñas se ausentaron unos días y se incorporaron a clases una vez recuperadas. Días atrás volvieron a llegar a casa con síntomas gripales. Conoció que en el aula había niños con síntomas respiratorios que estaban asistiendo normalmente.

“Cada profesor no puede estar como policía viendo en la puerta si un niño está o no con síntomas gripales, pero en medio de esta pandemia, que no termina de irse, es mejor que los padres asuman una responsabilidad y también colaboren no enviando a niños enfermos a contagiar a otros”, dice Juan.

Los médicos indican que a más del COVID-19 hay otros virus que están conviviendo, es decir, no todo síntoma respiratorio debe ligarse de inmediato a este mal. La influenza A y la subvariante H3N2, adenovirus, virus sincitial respiratorio, están circulando, y entre los menos frecuentes están el rinovirus, enterovirus y metaneumovirus.

El neumólogo Iván Chérrez explicó días atrás a este Diario que es necesario que los pacientes aprendan a detectar si son infecciones respiratorias altas con los síntomas gripales: estornudos, congestión nasal, picazón en la nariz, moco transparente, que se acompañan de malestar general, debilidad muscular, se quejan mucho de que están “apaleados”, dolor de garganta con mucha molestia como si “tuvieran una lija en la garganta”. (I)

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