Circular en medio de tráileres y buses complica tránsito en ciertas calles del sur de Guayaquil

“Por esa calle mejor ni ir”, “ahí uno se queda corchado”, “se pierde mucho tiempo”, son algunas de las frases que mencionan conductores sobre el traslado en vehículo por ciertas vías del sur de Guayaquil que suelen presentar atascos en horarios no habituales de alta concurrencia de autos.

Luego de la reanudación de las actividades presenciales tras pasar la época más álgida de la pandemia, ese panorama de complicaciones en el tránsito se evidencia en algunas arterias viales del sur, así como del norte y centro.

Para varios moradores, el tránsito vehicular resulta complicado en ciertos tramos de calles y avenidas del sur porteño, como Antepara, Vicente Trujillo, Ernesto Albán y Domingo Comín. Esa realidad también se percibe en otras vías del norte y centro sin estar en los horarios catalogados como picos en Guayaquil.

COMUNIDAD Ya no solo es cuestión de las denominadas horas picos. La congestión vehicular se extiende a más puntos del norte de Guayaquil

Una de las zonas con alto movimiento vehicular se da en el ingreso a la zona portuaria de la isla Trinitaria. En la vía Perimetral, los automotores hacen columnas en dirección oeste-este a la espera del cambio de luz roja a verde para ingresar a la av. 29, que conduce hacia el destino de la zona de embarque de contenedores en dicho sector marítimo.

El ingreso desde la vía Perimetral se da en menos de cinco minutos en horarios fuera de las catalogadas horas pico, en que el tiempo aumenta hasta más de diez minutos. Sin embargo, en la vía de ingreso a la zona portuaria (la 29), los carros se forman en dos o tres hileras y deben aguardar el avance lento de los vehículos que buscan salir y tomar la Perimetral. En esa zona, dentro de los planes municipales se ejecuta un viaducto a fin de facilitar la movilidad de automotores, sobre todo de los pesados.

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“Aquí el tráfico de carros se mezcla con los tráileres que salen del puerto. A mí me suele tomar de diez hasta veinte minutos salir del fondo hasta acá (vía Perimetral)”, lamentó el conductor Milton López, quien suele frecuentar esa zona del sur, que también está aquejada por problemas de delincuencia.

De igual manera, en distintos horarios las largas colas de vehículos pesados también se forman en la vía Perimetral, en sentido este-oeste, sobre todo de vehículos que llegan de la av. 25 de Julio hacia la av. Pío Jaramillo, a la altura de la Coviem.

Allí, la presencia de agentes es permanente para tratar de agilizar el tráfico en distintos horarios. Sin embargo, basta que un automotor sufra un desperfecto mecánico o se presente otra novedad para que el tráfico resulte más complicado y se acumulen los autos.

A ello se suman otros problemas, así como en el ingreso de la zona portuaria de la Trinitaria, de actos delincuenciales que se presentan en esa vía, por lo que la Policía mantiene patrullajes periódicos e incluso personal a pie en puntos estratégicos.

“Aquí el tráfico también es un problema, porque uno queda expuesto a ser blanco de la delincuencia”, manifiestó Nicolás Gómez, chofer que suele usar esa vía para desplazarse de la zona del puerto hacia el norte de la urbe.

Otra vía de importante flujo vehicular es la avenida Domingo Comín, que conduce de norte a sur y viceversa. En esta arteria se presentan varios tramos que reportan congestionamientos en distintas horas, como en La Saiba, cdla. 9 de Octubre, Pradera 1, Los Tulipanes y la Floresta.

Freddy Martínez, vecino del sur, regularmente debe transitar a causa de motivos laborales o compras en un supermercado por la vía Domingo Comín desde la Saiba, a la altura de la av. Francisco Segura, hacia la Pradera, en la av. Pío Jaramillo.

Él contó que debe convivir con largas hileras de automóviles que se concentran en el tramo de la Comín al movilizarse entre ambos puntos. En ciertas ocasiones, como por ejemplo al mediodía del sábado pasado, las filas se extendían por varios kilómetros desde la calle Ernesto Albán hasta la Francisco Segura. Ante ello, él consideró como fastidioso tener que lidiar con el avance lento en el tráfico, incluso fuera de días laborables.

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Cuando está de apuro, él mencionó que procura movilizarse por vías secundarias para acortar el tiempo de traslado hacia el sur y poder estar a tiempo en sus obligaciones laborales.

“Aquí (para cruzar este tramo) me suelo tomar veinte minutos en horarios distintos; a veces está repleto y otras, cuando hay suerte, no está mucho. Cuando veo mucho vehículo prefiero meterme por otras calles interiores, aunque si uno no conoce se puede perder y perder más tiempo”, acotó Julio Quinde, otro chofer.

Los vehículos que se movilizan por la av. Ernesto Albán, entre el hospital Teodoro Maldonado y el Mall del Sur, en dirección oeste-este, también sufren complicaciones de atascos. Una hilera de más 35 automotores y buses esperaban en dos columnas al cambio de luz roja a verde para desplazarse a la avenida 25 de Julio o continuar por la misma vía, alrededor de las 15:30 de la tarde del lunes anterior.

John Álvarez contó que prefiere tomar otras calles alternas, como la vía aledaña al área de consulta externa del hospital, porque regularmente ese tramo resulta con demoras de diez minutos apenas para tomar el semáforo de salida a la av. 25 de Julio.

Más hacia el centro-sur, el tráfico que proviene de la calle Machala y Gómez Rendón también suele mantener alto flujo vehicular en Antepara. En esta vía, sobre todo en el ingreso a las Acacias, cuando bifurca con la av. Vicente Trujillo, que trae el tráfico de la calle Los Ríos, puede tomar a conductores hasta quince minutos de espera.

Justamente, la calle Los Ríos es una opción para los conductores que buscan evitar la calle Antepara en sus viajes del centro hacia el sur porteño. “Quizás mucha gente está familiarizada con vías tradicionales y no ven otras opciones”, comentó Álvarez, quien consideró que se podrían difundir más alternativas de vías secundarias para que la gente sepa qué posibilidades tiene en sus traslados.

Hacia el suroeste también los conductores conviven con atascos al cruzar el puente que conduce de Bellavista hacia la calle 17. Al descender del viaducto, que cruza el estero Salado, suele reducirse el campo de circulación para los conductores que buscan avanzar su camino en dirección a la calle Portete, puesto que hay choferes que se ubican en una fila para tomar la calle Gómez Rendón.

De igual manera, la tarde del lunes anterior, en la dirección contraria, de Portete hacia Bellavista, el tráfico era pesado, con filas de automotores que se extendían por varias cuadras.

El general Luis Lalama, director de Control de Tránsito en Guayaquil, explicó que hay distintos sectores en la ciudad que tienen problemas de congestionamiento de tránsito, y que lamentablemente esto va a seguir; pero que se está trabajando para la movilidad en el tránsito, para que no haya columnas de vehículos, y por eso se está trabajando en varios puntos de la urbe. (I)