El video de una cámara de seguridad viralizó el ataque de un perro pitbull a una niña de 4 años semanas atrás. Las mordidas que recibió le desgarraron parte de la oreja, que tuvo que ser reconstruida mediante cirugía. Este hecho se registró en la urbanización El Caracol, en el norte de Guayaquil.
Este es uno de los casos que abordó la Dirección municipal de Protección de los Derechos de los Animales de Guayaquil, Pro Animal.
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Perro de raza pitbull ataca a menor de edad en el norte de Guayaquil
En este espacio se reciben requerimientos de todo tipo. Durante la primera mitad de año se han atendido 3.500 solicitudes y tras investigaciones, 301 casos merecieron que se levanten informes sancionatorios.
Bianca Salame, directora de este departamento, explica que el mayor motivo que ha generado la emisión de informes administrativos con fines sancionatorios ha sido la obstaculización a la labor de control e inspección por parte de los funcionarios de la Dirección de Bienestar Animal.
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En el periodo del 3 de enero al 15 de junio de 2025 se registraron 60 casos vinculados con esta infracción, donde las personas impiden que el personal de Pro Animal haga su trabajo.
Pero en el segundo y el tercer puesto de esta lista se encuentran comportamientos arraigados aún a la ciudadanía.
Se trata del encadenamiento de animales, por el que ya se han emitido 54 informes. Y luego está la tenencia irresponsable que permite el deambular de animales en la vía pública, con 37 casos reportados.
Particularmente, la parte de deambular en espacios públicos es una de las tres causales que propiciaron que se abriera un informe administrativo contra los propietarios de un perro pitbull.
Este can fue el protagonista del ataque a la menor de 4 años, el 29 de junio pasado.
Los agravantes en este caso fueron los carnés de vacunación caducados y daños y perjuicios ocasionados a la niña. La familia incurrió en gastos de miles de dólares debido a esta intervención.
Salame asegura que “estos datos reflejan patrones reiterados de conductas que vulneran el bienestar animal y dificultan la correcta aplicación de la normativa vigente”.
Con normativa vigente, la funcionaria se refiere a la Ordenanza que regula la protección, tenencia y control de la fauna urbana en el cantón Guayaquil. Una herramienta legal expedida en febrero de 2023.
Todas las conductas antes mencionadas están tipificadas como infracciones, van de leves a graves y la sanción en firme que reciban depende de la Comisaría de Bienestar Animal, parte de la Dirección de Justicia y Vigilancia del Municipio.
Desde que se presentan este tipo de informes con fines sancionatorios, dicha comisaría tiene un máximo de 30 días para dar una resolución al caso.
En ese tiempo se encuentra el proceso de la menor atacada por el perro pitbull. Aunque Salame prefiere no dar mayores detalles de este tema, sí adelanta algo sobre las dos evaluaciones hechas a este can, una médica y otra conductual.
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“No quisiera profundizar mucho en este tema porque es información que tiene la comisaría. Sin embargo, el animal se mostró tranquilo. Tuvo buena respuesta a estímulos, sin signos de agresividad o reactividad excesiva”, indica la directora de Pro Animal.
Luego de que se hizo público este hecho, la reacción de usuarios en redes fue pedir que el animal sea sacrificado. Algo que, como menciona Salame, solo demuestra el desconocimiento que tienen las personas sobre la ordenanza en Guayaquil.
“La eutanasia no puede ni será la primera ni la única respuesta ante un caso de agresividad. Primero, porque hay que evaluar muchísimo. La ordenanza también es clara: no se puede aplicar la eutanasia a los animales ni siquiera por control poblacional”, expresa la autoridad.
Este tipo de ataques de perros grandes hacia personas u otros animales no es la primera vez que sucede en la cdla. El Caracol.
Arlen Ladines, moradora de la ciudadela donde se registró el ataque, recuerda que hace unos dos meses entre dos pitbulls casi matan a un perro pequeño. “Lo alzaban, lo bajaban, le hicieron hueco por el cuello y le tuvieron que coger puntos”, dice la moradora.
Algo similar le sucedió a Alba Mora, residente de la zona, hace cuatro años. En ese entonces ella tuvo que ver agonizar a su gato en sus manos. “Un pitbull lo agarró de la ventana y le desgarró la parte de la cadera”, cuenta.
Las heridas fueron tan graves que la veterinaria que lo vio dijo que lo mejor era dormirlo para que no sufra. Mora le reclamó a la dueña del perro, pero no pasó nada más allá del reclamo.
Por esa razón, Salame, como directora de ProAnimal, insiste en que hay que trabajar en prevención, conocimiento de la ordenanza y educación de los tutores.
“Lo que estoy buscando es formar a ciudadanos comprometidos con el bienestar animal, obviamente alineado a la ordenanza”, describe la funcionaria en relación con un proyecto digital educativo dirigido a tutores de animales.
Salame asegura que, en general, últimamente hay un cambio de concepción de parte de la ciudadanía respecto de la necesidad de esterilizar a perros y gatos.
Pero asimismo hay otras prácticas que siguen persistiendo: el abandono, dejar a los animales sueltos en la vía pública, no llevarlos con collares ni nada.
La lista de infracciones que afectan el bienestar animal es amplio. Y entre los requerimientos que reciben se evidencia eso.
De las 3.500 solicitudes que han recibido en el primer semestre del año, 789 son por maltrato animal, 624 por necesidad de atención veterinaria y 560 por animales en situación de calle.
A esto también se suman 148 alertas por encadenamiento y 68 por desaseo.
Lo que Salame igual recomienda para quienes son tutores de animales es que satisfagan las necesidades básicas de las mascotas, algo que se llama “enriquecimiento ambiental”.
“El enriquecimiento ambiental de un gato es que tenga espacio para jugar, para trepar, para escalar, para rasguñar. En el perro igual es jugar, sacarlo a pasear, un lugar cómodo para dormir”, sugiere, y de esa forma reducir el riesgo de ataques. (I)