En las calles Antepara entre Bolivia y Vacas Galindo, en un gran letrero se lee “Mercado del Jockey Club”. Estas palabras para muchos ya no hacen tanto eco, pero para los vecinos y quienes se criaron en esta zona del centro sur de Guayaquil evocan un sinnúmero de tradiciones y recuerdos del hipódromo de Guayaquil.
El barrio del Jockey Club hace honor a esa parte del Guayaquil antiguo, en los años 1930-1940, cuando se realizaban concursos de carreras de caballos. Esta práctica era muy popular en la Perla del Pacífico, que el viernes 25 de julio cumple 490 años del proceso fundacional.
Leonardo Pérez, guayaquileño de 72 años, recuerda que recorrían las tribunas inmensas para ver las carreras. “Imagínese como las tribunas en el fútbol, así pero más abiertas, amplias. Todo era distinto, nada de esto estaba poblado”, detalla.
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Allí en esa área abierta y despejada del centro sur del Puerto Principal se inició su pasión por el deporte, sobre todo el fútbol. Empezaron a realizar campeonatos de fútbol con los niños que crecieron pasados los años 50 hasta la actualidad.
“Se jugaba sobre la tierra, podíamos pasar horas y horas jugando, creamos nuestro propio club deportivo Antepara, como la calle”, recuerda Leonardo, quien ahora dirige este grupo que lo integraron sus hijos, ahora sus nietos y la nueva generación de niños del sector.
El barrio del Jockey Club forma parte de la parroquia Sucre, de las 16 que tiene Guayaquil. El mercado fue impulsado y construido durante la alcaldía de Emilio Estrada Icaza en 1956 y remodelado en la gestión de Jaime Nebot.
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Vecinos que ya acuden a comprar por años a ese mercado cuentan que este es el referente de su historia en todo ese sector.
Pérez recuerda que las bases de las tribunas del Jockey Club sirvieron para fundar la escuela Julio Reyes González, que cumplió 50 años de servicio a la comunidad antes que le cambiaran el nombre.
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Él recuerda que poco a poco se fue poblando ese barrio, que siempre se fomentó el deporte y la unión entre vecinos con la celebración de las fiestas julianas y octubrinas.
Otra residente del barrio, Sandra Iturralde Narváez, recordó que cuando llegaron a vivir allí no había luz, agua, ningún servicio básico, todo era despejado, como en el campo.
“Tengo 61 años en mi barrio, vivo en las villas de los militares, ahora hay un parque y todo es diferente, mi barrio lindo, hermoso, no lo cambiaría por ningún otro barrio”, comenta ella al ver las fotos de antaño del mercado del Jockey.
En tanto que la guayaquileña Gladys Cabrera comenta que sus padres le contaron que llegaron cuando ella tenía menos de un año, ahí ellos construyeron una casita de caña, en Machala y Nicolás Augusto González.
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“Me conversaban que por el hipódromo tenían que pasar siempre, yo no quería caminar, me daba miedo. Yo medio me recuerdo del sitio, parecía el palco, algo así”, recuerda ella.
Para esta celebración del 25 de julio, Leonardo como sus compañeros en el barrio tienen previsto realizar pregones con desfiles, concurso de juegos tradicionales y un campeonato entre niños de 7 a 14 años. (I)