La conjunción de lluvias torrenciales y marea alta no tiene por qué volver “inevitable” las repetidas inundaciones de una ciudad costera como Guayaquil, dicen expertos y académicos, quienes advierten sobre los efectos del cambio climático y plantean alternativas para mitigar el problema del drenaje pluvial que cada año afecta a gran parte de los casi tres millones de habitantes de la urbe.