Tuercas, tornillos, pedazos de plástico y trozos de vidrios se mezclan con la tierra en las cunetas de la intersección de las calles Felipe Pezo y 36, a unos metros de Jardines de Esperanza.

Estos objetos llegan al piso cuando los vehículos caen en unos huecos que se han formado en ese punto del noroeste de Guayaquil, que conecta a la cooperativa Pájaro Azul con la Marta de Roldós y a la Alborada con San Felipe y Florida Norte.

"Nos podemos matar por estos baches", dice Julio Ronquillo, un motorizado que espera el cambio de luz para avanzar a la Alborada.

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Un vendedor del sector dice que hay conductores que por esquivar el hueco invaden carril: "Eso se ve todos los días. En menos de veinte metros cuadrados hay más de cinco baches. No hacen un trabajo bien hecho. No lo hacen a consciencia".

Sector de Jardines de Esperanza, en noroeste de Guayaquil.

Cerca de ahí, en la cooperativa Juan Montalvo también hay un gran hueco que genera molestias a los choferes. Por ahí circulan tricimotos, cuyos conductores maniobran para sortearlo. Por momentos el vehículo pierde un poco la estabilidad como si una ráfaga de viento lo golpeara.

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"Por tratar de evadir el hueco vayan a atropellar a alguien", advierte Álex Sánchez, el dueño de un asadero de pollos, ubicado en la vía principal de esa cooperativa, cerca de un local de la cadena Tía.

El Municipio de Guayaquil ha invertido $10 millones en su plan anual de mantenimiento de vías, según Andrés Burbano, director de Obras Públicas del cabildo.

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"Nos afectó un poco la pandemia. Se han asfaltado 16 kilómetros de vías, se ha rellenado y conformado 94 kilómetros de vías, como en la Perimetral al oeste, sectores como Bastión, Sergio Toral, Flor de Bastión, etc.", indica Burbano, quien añade que estos trabajos los realiza la Subdirección de Obras por Administración Directa, es decir, se los ejecuta con personal y equipos de la alcaldía.

"Nosotros compramos asfalto y ciertos agregados y ellos se encargan de responder a las solicitudes ciudadanas o a las inspecciones que realizan los diferentes personeros municipales. El departamento de Justicia y Vigilancia realiza sus rondas y nos envían un reporte de las calles en mal estado".

¡Nuestras obras no paran! Nuestra Dirección de Obras Municipal trabaja en el mantenimiento de 305,28 m2 de vía en las calles Maldonado desde la calle 19 hasta la calle 20, así como la calle Calicuchima y la 17. #GuayaquilNoPara pic.twitter.com/NNYNQU3BlP

Para realizar trabajos mayores de vialidad, añade el funcionario, la municipalidad tiene previsto adjudicar $73 millones en procesos contractuales, que están abiertos en el portal del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop).

Ante las quejas ciudadanas, Burbano aclara que hay sectores que necesitan mayor atención porque soportan mayor tránsito que otros y que se está coordinando con la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) para planificar el paso de buses por vías que soporten la circulación de ese tipo de transportación. A este factor se suma, afirma, la calidad del asfalto que adquiere la institución.

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"El asfalto lo compramos a los proveedores locales, se hace una licitación, con el método de subasta inversa que es el que impone el Sercop. Lamentablemente como usted sabe, todos los hormigones asfálticos son hechos con el asfalto de Esmeraldas, que lo produce el único productor nacional que es la refinería. Lamentablemente el problema de todo el Ecuador es que un asfalto ecuatoriano que usted pone, por exceso de azufre, dura mucho menos que un asfalto, por ejemplo, peruano", refiere el personero municipal.

Los problemas que presentan calles y avenidas también se deben, según conductores, a desniveles en el asfalto u hormigón, superficies irregulares producto de la eliminación de bordillos y, algo muy común, alcantarillas que han quedado por debajo del nivel de la calzada.

Son las 11:30 del miércoles pasado y se escucha un estruendo en el sector de Las Monjas y Costanera, Urdesa Central. Un camión cae en una "trampa", como le dicen los choferes a un hueco que se ha formado por una capa de asfalto que rodea una tapa metálica.

"Me ha tocado abrirme con la moto para no caer ahí y los carros vienen bien pegados. Es peligroso. Se supone que quien hace esos trabajos es un profesional", cuestiona Álex Lindao, quien se desempeña como mensajero.

Sector de Las Monjas y Costanera, Urdesa Central.

En la intersección de las calles 11 y Portete, un punto de la superficie de asfalto es irregular. No es plana y está junto a una tapa metálica. Muchos choferes le llaman "la loma de la 11 y Portete". Son las 13:00 y desde una de las aceras distantes se ve a un bus inclinarse hacia su izquierda al pasar por esa parte de la calle que, según el dueño de una tienda, lleva varios meses así.

"¿Quién fiscalizó esa obra?", se pregunta un chofer de un taxi ejecutivo. Un motorizado pide que arreglen ese defecto lo más pronto.

Superficie irregular de calzada en intersección de calles 11 y Portete.

El director de Obras Públicas, Andrés Burbano, dice que ese tipo de problema no ocurrirá en las nuevas obras.

"En los diseños nuevos, las tapas quedan al nivel. Eso, sin duda alguna", asegura el funcionario.

¿Son errores pasados entonces?

—No, no, no, a ver. Hay errores. Hay de todo. Como le digo, cuando se repavimenta una vía, muchas veces elevar las cámaras es un rubro muy caro. Por ejemplo, todo mundo se está quejando de la calle de la Keneddy, esta que está dañada, al lado del Gran Chef. Esa calle, si usted la ve por encima, usted dice: Démosle una manito de gato de asfalto. Lamentablemente debajo de esa calle hay ductos colapsados de aguas lluvias. Entonces la reparación de la calle que normalmente debería costar $800 mil cuesta $3 millones, porque hay que romper toda la calle, cambiar los ductos... Pero en una calle de Urdesa que no tiene mucho tráfico y que tiene el hormigón un poco dañado, por cuestiones económicas se pasa una capa de asfalto y ahí quedan estas alcantarillas hundidas. En los nuevos planes que estamos haciendo de reasfaltado, estamos hablando para incluir ese rubro y, aunque cueste un poquito más, garantizar la comodidad para el usuario.

Pero cuál fue el error. ¿Falta de planificación?

—La respuesta es por el tiempo. Si yo me ponía a elevar esos cuellitos, es una labor que yo tengo que picar alrededor de toda la calle, subir este cuello. No solo que incrementa el costo, si no que la calle Esmeraldas la estaría inaugurando ahorita y esa calle ya los buses la están usando hace tres, cuatro meses. No es una práctica de lo mejor, pero muchas veces es por el tiempo que tenemos que tomar estas medidas parche. Son medidas parche hasta que podamos intervenir la vía totalmente.

En algún momento hubo una falla en el cálculo.

—Lo que pasa es que la calle queda lisa y queda de hormigón, y el concreto no lo puedo limar porque es muy duro. Entonces cuando ya hay muchos baches o cuando está un poco fisurado y la gente se queja mucho, ponemos una capa de asfalto de dos pulgadas encima. Es algo rápido para que la gente pueda movilizarse y la calle quede mejor. Cuando hacemos esas reparaciones, las alcantarillas quedan dos pulgadas abajo. En algunos casos sí ha habido, y eso es falla del operador, del supervisor, que quedó muy abajo, quedó diez centímetros abajo y ahí sí vamos después y corregimos.

Hay también defectos en la calzada como en las calles 11 y Portete. Conductores le llaman "loma". ¿Qué pasó con el fiscalizador?

—Vamos a hacer inspección. Tendría que verlo. Mire. Todas las quejas que la gente nos envía a redes, a veces la gente siente que no las respondemos, pero como le digo, eso entra a un proceso de inspección, se hace una inspección, se hace un presupuesto de la reparación y luego intervenimos, como la denuncia que nos hicieron de la calle por RTS hace mes y medio. Y sobre lo que usted nos dice haremos una inspección inmediatamente.

Otra de las quejas de los conductores es el problema de las juntas en los pasos a desnivel.

—Elevamos un proyecto al portal (contratación pública) de reemplazo de juntas. Ojalá ya se pueda adjudicar en un par de semanas y empecemos a trabajar en enero. Tenemos un proyecto también de estudios de los pasos a desnivel de Guayaquil y de los puentes sobre cuerpos de agua porque muchos pasos a desnivel tenemos que revisarlos, cumplieron su vida útil.

Reparaciones por daños en baches

Los daños de vehículos por la caída en baches son comunes en Guayaquil, refiere Wellington Bajaña, ingeniero automotriz que gerencia un taller en el sur de la ciudad.

"Se destruye el tren delantero. ¿Qué comprende el tren delantero? Rótulas, terminales, amortiguadores, bases, todo eso se daña. También se suelen dañar las llantas, sobre todo, las llantas radiales", explica Bajaña.

Imagen referencial de archivo.

La gravedad del daño depende de la intensidad del golpe.

"La reparación podría costar desde $120 hasta $600, dependiendo de la marca del vehículo. Si hablamos de una marca comercial, como un Chevrolet Aveo Family, estamos hablando de $120. Si hablamos de un Volvo, un Toyota, eso está entre $500, $600", detalla el mecánico automotriz.

También están los daños en los amortiguadores cuando la llanta del carro cae en una alcantarilla sin tapa.

"Revienta el amortiguador directo. Es común. Se revienta el amortiguador, la base y la barra estabilizadora", cuenta Bajaña.

Sobre la posibilidad de reclamar una indemnización al municipio por un daño vehicular a causa de un bache, Andrés Burbano, director de Obras Públicas del cabildo porteño, refiere que sí se indemniza al ciudadano cuando hay una responsabilidad de la institución. (I)