En cifras redondas, la inversión que demandó la obra del nuevo puente Daule-Guayaquil, cuya inauguración será mañana, fue de $ 62 millones.

El monto fue asumido por los municipios de ambas jurisdicciones. Así, Daule tiene pendiente el pago a la contratista de $ 37 millones, no así Guayaquil que canceló $ 25 millones correspondientes al anticipo de la obra, cuya firma de contrato se efectuó el 3 de septiembre de 2018.

Pedro Mora, director financiero del Municipio de Daule, indica que el gobierno seccional dispone de diez años para saldar la deuda, que analiza fuentes de financiamiento para dejar un porcentaje menor a cargo de los beneficiarios de la obra: los residentes de la parroquia La Aurora.

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El nuevo puente sobre el río Daule, de cuatro carriles y de 540 metros de longitud, constituye una prolongación de la vía principal de la urbanización La Joya, de enlace a la autopista Narcisa de Jesús, en el norte de Guayaquil.

Fue diseñado para descongestionar la carga sobre la avenida León Febres-Cordero, la principal de La Aurora, el puente Vicente Rocafuerte y el distribuidor de tránsito de la vía Perimetral, que permite el enlace a la autopista.

El director Mora señala que el cabildo optará por una "contribución especial por mejoras" y que aquella tasa será cargada en los impuestos prediales a partir del 2021.

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Menciona que aún calculan la tabla porcentual según el avalúo de terrenos y el tiempo de vigencia, pero agrega que buscan "el menor impacto" para la población de Daule.

Según el alcalde Wilson Cañizares, la parroquia La Aurora, de acelerado crecimiento demográfico por el desarrollo urbanístico, registra alrededor de 150.000 habitantes y 92 urbanizaciones, entre ellas La Joya, Villa Club y Villa del Rey.

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Él destaca que el nuevo puente permitirá un enlace ágil con Guayaquil, repercutiendo en que las familias pasen más tiempo juntas y los vehículos tengan menor desgaste.

"Vamos a unir el puente con el final de La Joya, con el final de Villa Club, y con la carretera Vial 1, de seis carriles, va a permitir pasar de un cantón a otro en entre 6 y 10 minutos, y que los conductores estén en la vía T de Daule, donde ya hay un desarrollo muy importante", expone el alcalde Cañizares.

En días ordinarios, el panorama en la zona de las urbanizaciones, en el inicio y término de las jornadas laborales, era de conductores atrapados durante aproximadamente 30 minutos mientras llegaban a los distintos enlaces a Guayaquil: la autopista, la avenida Francisco de Orellana y la misma vía Perimetral.

Estaba previsto que luego de la concesión de una prórroga, la obra fuera entregada en junio del 2020, pero el cronograma fue afectado por la pandemia del COVID-19, que en los meses críticos motivó el encierro casi total de la población ecuatoriana.

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La construcción fue retomada en mayo pasado con menos personal que el planificado, para precautelar la salud pública, en prevención de contagios.

Andrés Burbano, director de Obras Públicas del Municipio de Guayaquil, sostiene que el puente recibiría el tránsito de 21.000 carros diarios, que en el 2040 la proyección es de 40.000 vehículos al día.

Remarca que, como ocurre en el puente Samborondón-Guayaquil, en servicio ya desde hace dos años, solo estará permitido el tránsito de carros livianos.

La velocidad establecida es de 70 kilómetros por hora.

El director Burbano destaca la plusvalía que ha ganado el área de influencia y sostiene que inversionistas están ejecutando proyectos.

El puente desemboca en la zona de la urbanización La Perla. Los conductores disponen de anillos viales para acceder al centro o norte de la ciudad.

No está previsto que el Municipio de Guayaquil cargue una contribución especial a los ciudadanos por la obra del puente. (I)