Impartir asistencia social y educación en la ciudad porteña fue uno de las principales motivaciones para la creación, en el año 1849, de la Sociedad Filantrópica del Guayas.

Según reseñas de esta institución, la sociedad se basó en los masónicos. Por ello decidieron enfocarse en tres puntales: “el socorro mutuo, la filantropía y caja de ahorro de sus asociados”. Se inició como una agremiación entre artesanos, comerciantes, industriales, productores agrícolas y otros.

El extinto historiador Efrén Avilés explicó, en una de sus publicaciones, que la idea de esta asociación surgió de Francisco Lecaro, quien había traído de Lima los estatutos de una sociedad para ayudar a los más necesitados en Guayaquil.

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Los socios fundadores de esta institución fueron 64, entre los que se destacan Sixto Juan Bernal, Francisco de Paula Ycaza, José María Vallejo e incluso el prócer de la independencia José de Villamil.

Juan María Martínez Coello se desempeñó como primer presidente de la sociedad. Él era uno de los carpinteros más reconocidos en la ciudad.

Juan María Martínez Coello fue el primer presidente de la Sociedad Filantrópica del Guayas. Foto: Archivo.

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Desde su creación, esta asociación se enfocó en educar a niños y jóvenes de escasos recursos económicos para que puedan cursar una carrera corta y así obtener un título.

Según la reseña de Avilés, la sociedad funcionó por primera vez en un predio ubicado en la denominada Bomba Salamandra, espacio aledaño a la iglesia San Francisco. Luego operaron en 9 de Octubre y Chanduy (la actual calle García Avilés).

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A partir de 1875, la Sociedad Filantrópica del Guayas tuvo un acelerado progreso por gestiones de Alcides Destruge, su presidente durante ocho años, y de Francisco García Avilés, que la lideró de 1890 a 1926.

En el año 1891 se inauguró el gran edificio en su sede principal y meses después se abrió la Escuela de Artes y Oficios, en la que se impartían clases de ebanistería, dibujo lineal, música, telegrafía y tipografía.

En 1900 se inauguró el taller de Mecánica y el internado. Siete años después se creó una caja de préstamos y depósitos.

Para el año 1920, la institución amplió sus instalaciones y ocupaba la mayor parte del cuadrante entre 9 de Octubre, García Avilés, Vélez y Rumichaca. En el sitio funcionaban la Escuela de Artes y Oficios, la Escuela de Letras, talleres de mecánica, de ebanistería. A los alumnos les costeaban los útiles escolares.

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Para el año 1920, la institución amplió sus instalaciones y ocupaba la mayor parte del cuadrante entre 9 de Octubre, García Avilés, Vélez y Rumichaca. Foto: Archivo.

En 1941 se creó un salón de actos denominado Teatro 9 de Octubre, en la remodelación del edificio con mampostería.

El prestigio de esta institución guayaquileña ha llevado a denominarla como “la Universidad del Pueblo”, refirió el cronista Germán Arteta.

Desde 1875, la entidad otorga la medalla de la Filantrópica, como reconocimiento al esfuerzo académico de los estudiantes guayaquileños y de varias provincias del Ecuador.

La sociedad recibió el título de benemérita por parte del Congreso Nacional, en 1949, año que celebró su centenario.

En la segunda mitad del siglo pasado, la sede de la institución se cambió a un predio ubicado entre las actuales avenidas Carlos Luis Plaza Dañín y Francisco de Orellana, norte.

Desde 1996, esta unidad educativa funciona en el kilómetro 11,5 de la vía a Daule. En el 2005, la escuela primaria Rocafuerte y el colegio Anzoátegui se fusionaron.

Miles de profesionales porteños han logrado progresar gracias al esfuerzo de benefactores que impulsaron el desarrollo de la Sociedad Filantrópica del Guayas. (I)