Ecuador llegó ayer a los 55 255 casos positivos de COVID-19, según el informe oficial diario del Ministerio de Salud Pública (MSP), que toma en cuenta los datos de entre el 22 de febrero y el 28 de junio de 2020. De estos, 9981 son de Guayaquil, lo que equivale al 18,06 %.

Esta es una realidad distinta a la que ocurría a fines de marzo y durante casi todo el mes de abril cuando Guayaquil era considerada el foco de la pandemia no solo en Ecuador, sino en Sudamérica. Así, por ejemplo, según el informe del MSP del 14 de abril de 2020, el país tenía 7603 casos confirmados de COVID-19, de los que a Guayaquil le correspondían 4077, el 53,9 % del total nacional.

Significa eso que el Puerto Principal bajó del 53,9 % al 18,06 % nacional en 75 días. ¿Qué sucedió? La respuesta matemática está en las mismas cifras del MSP. Si se toma en cuenta a Quito, hay un contraste. El mismo 14 de abril, la capital tenía 598 casos de los 7603 del país, el 7,8 %. En el informe de ayer, esta ciudad registra 6372 confirmados, el 11,53 % del total nacional.

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Además, otras provincias han ido también sufriendo la extensión de la pandemia. El informe del MSP de ayer, al desglosar por provincias, promedia sobre los 46 299 confirmados con pruebas PCR (los demás son con pruebas rápidas). Allí, Guayas, que el 14 de abril tenía el 71 % del país, este domingo 28 registra solo el 32 % (14 988 casos). Pichincha, del 8,5 % de abril 14 pasó al 15,1 %, casi al doble. Manabí tiene el 9,3 % este 28 de junio, cuando el 14 de abril solo representaba 2,9 %, casi triplicó.

En el informe, Los Ríos representa el 4,8 %, mientras que el 14 de abril su porcentaje era de 3,2 %. Santo Domingo de los Tsáchilas, que tenía menos del 1 % el 14 de abril, tiene el 4,2 % en la actualidad. Igual El Oro, que ayer tenía el 4,3 %, y Azuay, que ya alcanza 3,6 %.

Esas cifras de provincias siguen en alza constante. Guayaquil, en cambio, refleja una baja sostenida. El 23 de junio pasado, Ecuador tenía 51 463 casos confirmados y el Puerto Principal 9951, el 19,33 %; en el informe del sábado 27, el total nacional era de 54 574 casos y esta ciudad registraba 9978 contagiados, el 18,2 %.

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Y esa baja sostenida en los porcentajes se presenta pese a que la ciudad lleva más de cinco semanas en semáforo amarillo y con al menos una veintena de sectores donde se presentan grandes concentraciones de personas, en algunos casos con ciertos ciudadanos que no usan mascarilla, el principal elemento de protección.

Una de esas concentraciones masivas se vio este sábado en los alrededores del mercado de artículos varios, conocido como de las Cuatro Manzanas, en el centro de la ciudad. Allí, en cuatro cuadras se asentaron decenas de vendedores informales que ofrecen artículos usados. Y cientos eran sus clientes, entre ellos incluso policías. La llegada de elementos de la Policía Metropolitana, pasado el mediodía, hizo que un gran porcentaje se moviera.

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La Bahía, inmediaciones del mercado Central, la entrada de la 8, la avenida de ingreso al Fortín, el Guasmo, por el sector de las cinco esquinas; la calle Ayacucho en unas ocho cuadras donde se asientan los almacenes de repuestos son algunos de los sitios donde se ven concentraciones de personas, algunas sin medidas de protección. Y eso preocupa a autoridades y epidemiólogos.

El COE cantonal tendrá una sesión reservada hoy para analizar tomas de muestras, las concentraciones y adoptar algunas resoluciones, si se consideran necesarias. Está listo también el debate para que la ciudad pase a semáforo verde, pero con medidas estrictas.

Los doctores tienen un mensaje claro; estamos frente a un virus para el que aún no hay cura ni vacuna y hay que prevenir, no aflojar la guardia.

El médico salubrista y catedrático universitario Ricardo Cañizares señala que se deben mantener los cuidados en bioseguridad.

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Dice que es el momento de que el MSP, IESS y Municipio detecten lo más pronto los nuevos casos.

“Hay que cortar las cadenas de transmisión. Mientras más rápido, mejor. Ese es el reto. El sistema de salud debe garantizar que va a identificar los casos y cortar las transmisión y evitar que se compliquen”, dice el médico salubrista.

El objetivo es no volver a lo que ya pasó en marzo y abril, cuando hubo días en que morían hasta casi 500 personas al día por COVID-19, por males relacionados o porque no había capacidad hospitalaria. (I)