Los sectores colombianos que colindan con las parroquias ecuatorianas de Urbina, El Carmelo, Julio Andrade, Tufiño y el ducto binacional, en Carchi, utilizados para movilizar a los inmigrantes entre los dos países, en los últimos días registran un marcado silencio.

Los vecinos que prefieren el anonimato para evitar represalias aseguran en voz baja que quienes lideran las bandas de coyoteros serían venezolanos, que desde hace tres semanas, operan en las noches.

El operativo de control binacional (Espejo) que lideran los ejércitos y policías de Ecuador y Colombia se desarrolla con patrullajes terrestres y aéreos en los 175 m de la frontera ecuatoriano-colombiana.

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Los supuestos coyotes contratan vehículos ecuatorianos o colombianos y pagan en algunos lugares una suerte de peaje en algunas fincas y haciendas asentadas en los dos países.

Tras el bloqueo de algunos caminos y trochas, la nueva modalidad es llevarlos por picas y ríos, arriesgando sus vidas debido a que movilizan los escarpados y estrechos caminos que comunican a los dos países.

“Conocen como la palma de la mano estos territorios”, dice Luis, nombre protegido, agricultor colombiano radicado hace más de 30 años en El Frailejón (Tulcán), sitio que el pasado viernes fue bloqueado con maquinaria de la Prefectura de Carchi con montículos para frenar el paso de vehículos.

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Luis explica que este “trabajo” (coyoterismo) realizan estas organizaciones desde cuando el Gobierno ecuatoriano optó por solicitar el visado a quienes pretendían ingresar por el Puente Internacional ded Rumichaca desde el 26 de agosto del 2019.

Mientras que, junto al Puente Internacional de Rumichaca siguiendo la ribera del río Carchi – Guaytara, cuatro lugares son utilizados para cruzar el afluente internacional.

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Los arriesgados viajantes deben descender una empinada loma de más de 50 metros de altura por la que bajan agarrados de la vegetación. Una vez en la orilla ecuatoriana tienen que superar el torrente de agua con más de 10 metros de ancho.

Allí se improvisan largos puentes con árboles o caminan por las partes bajas de la ría, saltando hacia inmensas piedras que sobresalen en el brazo del caudal para alcanzar la margen colombiana.

En ese lugar inician una dura escalada por diferentes atajos que los llevan después de dos kilómetros de camino hacia Ipiales. En esta zona –dicen los labriegos- estarían operando ocho venezolanos que hacen las tareas de coyotes.

Esta organización contacta en varias ciudades ecuatorianas a sus coterráneos ofreciéndoles pasarlos al otro lado de la frontera previo el pago de 30 o 50 dólares y los reciben en la capital carchense para iniciar esta peligrosa travesía.

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La presencia de más militares y policías colombianos vuelve difícil internarse por estos cuatro sitios, razón por la que en los tres últimos días ya no escuchan los comuneros a los migrantes intentando salir de Ecuador.

Estos serpenteados caminos son utilizados por los contrabandistas que utilizando acémilas o caminando pasan las mercancías colombianas hacia el territorio ecuatoriano, comentan los campesinos.

En estos tres puntos han sido rescatados en los dos últimos meses seis individuos que estuvieron a punto de ser arrastrados por las aguas internacionales del río Carchi – Guaytara.

Estas personas, de acuerdo a información del Cuerpo de Bomberos de Ipiales, cuando caen al agua son abandonadas por quienes les ofrecieron trasladarlos a la fronteriza Ipiales, en Colombia, frente a Tulcán.

Mientras tanto, el número de extranjeros que caminan por la E 35, entre Ibarra y Tulcán cada día aumenta. Cargando pesados equipajes y en compañía de infantes pugnan hambrientos y con sed llegar a la frontera.

Entretanto, Cristian Benavides, alcalde de Tulcán confirmó a El Universo que se preparan tres vuelos humanitarios desde Guayaquil, Quito y Tulcán para trasladar a grupos vulnerables de venezolanos hacia ese país.

En la capital carchense comenzó este lunes la selección y calificación de las personas para que 90 adultos y cuatro menores de dos años logren retornar en un vuelo de la aerolínea Convialsa desde el aeropuerto Luis Mantilla. (I)