La jornada de Nayet Villota, de 21 años, iniciaba a las 05:00 y finalizaba a las 23:00 afuera del hospital del Guasmo. Con un féretro a sus pies, por más de siete días, insistió que le den el cuerpo de quien asumió el rol de madre en su crianza, su abuela Enriqueta Razo, de 84 años. Ella murió en una clínica privada el pasado 25 de marzo y su cuerpo fue llevado al día siguiente a un contenedor de ese hospital por sospecha de COVID-19.