Sobre Guayaquil hay un cúmulo de nubes que ocultan el sol esa mañana veranera de julio. En el estero Cobina, en el sur, donde están las instalaciones del puerto manejado por Contecon, la brisa hace más llevadera la jornada.

El azul intenso del buque Cool Spirit, que tiene una eslora de 188,6 metros y una manga de 26 metros, destaca solitario en uno de los muelles de la terminal. Lleva unas horas recibiendo banano que sale de haciendas cercanas a Guayaquil.

Los operarios señalan que por la tarde entrarán más camiones para ingresar la carga a ese buque. Washington Bedoya, coordinador de equipos pesados, cuenta que desde los miércoles por la noche hasta el sábado el movimiento aumenta en esa terminal por la fruta.

Publicidad

El puerto, concesionado desde el 2007, capta una parte importante del banano que se exporta desde Guayaquil, que en los últimos años vio cambiar la forma de enviar el guineo. Antes, en los buques el producto iba a granel, pero desde el 2010 se comenzó más a contenerizar esa fruta.

Contecon tuvo que adaptarse a la modalidad con nueva infraestructura, como equipos de movimiento de contenedores y tomas eléctricas para contenedores refrigerados. Actualmente posee 4.000 tomas reefer, que lo convierten en una de las terminales con más tomas de ese tipo en el Pacífico.

A más de banano, el puerto recibe otro tipo de mercancías de exportación e importación que significan 43 % de la carga total que se mueve en la urbe.

Publicidad

Es un porcentaje representativo, pero distante a esos años cuando la terminal manejaba 70 % de la carga de la ciudad.

Esa pérdida de participación se vio reflejada a medida que las terminales privadas comenzaron a modernizar y expandir sus instalaciones, algo que les ha permitido captar mercancías que antes salían por los muelles de Contecon.

Publicidad

Afuera, entre transportistas y despachadores se comenta que ya la actividad no es como en años anteriores, cuando se veía entrar y salir cargas con más frecuencia. Dicen que parte del movimiento se ha ido a la isla Trinitaria, a otros puertos.

José Carvajal, conductor que mueve a personal entre los puertos, señala que muchos de sus clientes hacen trámites en las terminales privadas.

Los prácticos, que ayudan en las maniobras de los buques, dan cuenta de ese cambio. José Segovia dice que hoy las maniobras de buques son mayores en los puertos privados.

Las cifras reflejan un descenso en la movilización de carga en Contecon. Según datos de la Autoridad Portuaria de Guayaquil (APG), que supervisa la concesión, en el 2018 la terminal movilizó 8’517.310,45 toneladas, una baja del 2,09 % frente al 2017.

Publicidad

En el puerto laboran actualmente 1.300 personas directamente, 400 menos que en el 2017 cuando hubo un reajuste por la baja en la carga.

Santiago Berma es uno de los empleados que aún están vinculados al puerto. Él maneja una de las enormes grúas pórtico. Escaló varios puestos para llegar allí, a cargar y descargar contenedores de los buques. Es un trabajo que lo satisface y disfruta, con la panorámica completa que tiene del sur de Guayaquil.

En Contecon esperan que el Estado “iguale la cancha para todos”, para evitar que la terminal pierda más carga. José Antonio Contreras, gerente de Contecon, dice que ellos manejan condiciones que no poseen las terminales privadas, como el hecho de tener que pagar 9,5 % del total de ingresos y una prestación fija vinculada al uso de las instalaciones.

“Ocurre que nosotros tenemos que hacer unos pagos concretos al Estado que influyen en nuestra estructura de costes y tenemos que repercutirlo al usuario. Cuando un puerto privado no paga eso, lo puedo usar como una ventaja”, asegura.

El ejecutivo indica que ellos han cumplido invirtiendo más allá de los $ 315 millones que exige la concesión por 20 años. Ahora esperan respuestas por parte del Estado para hacer una nueva inversión.

35 puertos maneja Ictsi y Guayaquil está entre 5 principales.

La perspectiva

Álex Villacrés, docente y exsubsecretario de Puertos, cree que una dificultad que tiene Contecon y que incide en su actual situación es que están obligados a incrementar anualmente contraprestaciones o pagos a la Autoridad Portuaria de Guayaquil. Y allí, según Villacrés, no halla una flexibilidad que sí la tienen puertos privados. Él estima que se podrían hacer mejoras técnicas como para ayudar a no perder más carga.

‘El dragado le dará sustentabilidad a la actividad portuaria de Guayaquil’, según José Antonio Contreras

Antes de que acabe el año, la empresa Jan de Nul terminará de  dragar el canal de acceso al puerto, con la idea de que pase de 9,75 a 12,5 metros. 

Esto permitirá que buques de mayor calado puedan ingresar a los puertos de la ciudad.

 Contecon, al estar en esa ruta, podrá beneficiarse de esas nuevas condiciones.

José Antonio Contreras, gerente de Contecon, señala que el dragado le seguirá dando sustentabilidad a la actividad portuaria de la urbe, pues sin este las líneas navieras no pudieran traer buques más grandes. 

El ejecutivo señala que ante este nuevo escenario  ellos están dispuestos a colocar $ 30 millones para otras  inversiones que permitan aprovechar esa nueva realidad del dragado.

 En ese plan consta extensión de grúas, reforzamiento de muelles y dragado en la zona de los muelles. 

 Los muelles tienen un nivel de 10 metros y hay la necesidad de bajarlos hasta más de 13 metros para que los buques más grandes puedan entrar aprovechando su capacidad de carga. 

Al no estar contemplada esta inversión en el plan de la concesión, Contecon espera una señal del Estado para que ajuste las condiciones al nuevo momento y les permita seguir compitiendo, con condiciones igualitarias.

 “El grupo quiere seguir apostando por el país y el puerto, confiando en que las condiciones se deben ajustar en algún momento. Debe haber señales”, asegura.

En agosto, con las obras de dragado, el calado del canal ya se autorizará a 10,50 metros, en octubre a 11,50 m y en diciembre 12,50 m. (I)