El Papa Francisco considerará seriamente la posibilidad de realizar una visita sin precedentes a Corea del Norte, dijo un alto funcionario del Vaticano, que destacó que para que esto ocurra deben darse una serie de condiciones.

Ese viaje sería un hito en una nación conocida por sus severas restricciones a las prácticas religiosas y marcaría la primera visita de un Papa al aislado Estado de Gobierno comunista.

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, se reunió el pasado jueves con Francisco y el despacho del mandatario dijo que había comunicado al Sumo Pontífice una invitación del líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, para que visite el país.

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"El Papa expresó su disposición. Tenemos que esperar a que se formalice (la invitación)", dijo el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.

La Constitución de Corea del Norte garantiza la libertad de religión mientras no socave al Estado. Pero más allá de un puñado de lugares de culto controlados por el Estado, incluida una iglesia católica en Pyongyang, no se permite ninguna actividad religiosa abierta y las autoridades han encarcelado a misioneros extranjeros para practicar la fe católica.(I)