Tengo el poder para reclamar mi paz interna en cualquier momento y situación. Lo que visualizo crea ondas de energía que se mueven hacia afuera, afectando todo a mi alrededor. Así que cuando elijo una manera de ser pacífica, esta contribuye al mundo en general.

Esto es de mayor importancia en momentos de estrés o conflicto. Si algo o las acciones de alguien me perturban, yo decido cómo responder. Hago una pausa y respiro profundamente. Recuerdo que el orden divino siempre está obrando en todas las cosas.

Me conecto con mi corazón y sigo mis sentimientos hasta su origen. Descubrir y soltar temores o frustraciones me permite encontrar la paz en mí. Mi paz interna, a su vez, ayuda a crear paz en el mundo. La paz interna es mi elección.

Publicidad

Salmo 34:14: Busquen la paz, y no la abandonen. (F)