El cementerio Ángel María Canals, ubicado en las calles 38 y la G en el suroeste de la ciudad de Guayaquil, fue construido con fondos de Operación Rescate del suburbio. El 1 de marzo de 1968 este espacio fue puesto al servicio de los habitantes de los barrios apartados de la ciudad.

Su nombre se debe al primer claretiano que llegó al país -el 12 de agosto de 1955- que comenzó su labor con una capilla rodante de madera en la que predicaba la palabra de Dios en las calles. Uno de su colaboradores fue el padre Gerardo Villegas, quien fue el mentor de la procesión del Cristo de Consuelo. Ambos comparten el mismo mausoleo en ese cementerio.

Benjamín Rosales Aspiazu –gobernador del Guayas en esa época- llevó adelante esta obra que comenzó a funcionar con dos salas de velaciones, un anfiteatro anatómico, 210 bóvedas de hormigón, una carroza motorizada, una capilla, oficinas de administración y secretaría.

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Al fondo se aprecian los cuerpos de bóvedas que fueron donados por la familia Rosales Aspiazu, el Cristo en la parte anterior y la carroza que ofrecía el servicio a las personas con escasos recursos económicos.

Inicialmente tenía 2.800 metros cuadrados para sepultura de los cadáveres, su área total era de 120.000 metros cuadrados. Para esa época se alivió el problema de las defunciones en esos sectores y para los habitantes de la zona terminó el suplicio de recorrer y hacer largas caminatas para dar cristiana sepultura a sus parientes en otros cementerios.

En ese tiempo las tarifas establecidas fueron: arrendamiento de bóvedas por tres años, S/. 200; alquiler por la sala de velación, S/. 50; alquiler de carroza, S/. 50; derecho de inhumación, S/. 20; derecho de tapada, S/. 10; y derecho de sepultura, S/. 8.

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Las personas acudían a arreglar y dar mantenimiento a las bóvedas.

En el 2004, en este cementerio se designó un área para sepultar a las personas que fallezcan en el asilo de las Hermanas de la Caridad Madre Teresa de Calcuta.

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Obreros municipales, en el 2006, participaron en la construcción del nuevo cerramiento perimetral que tuvo un costo aproximado de ochenta mil dólares.

Construcción de cerca perimetral en el cementerio Ángel María Canals.

En la actualidad aún existe una alta demanda por la utilización del espacio; el determinante económico atrae masivamente a los habitantes de la zona; por inhumación y otros servicios el costo es de 24 centavos de dólar. Las familias ven la manera de acomodar los cuerpos en las tumbas, pese a que en el 2016 se habilitaron 1.848 nichos, 2.960 bóvedas y el Municipio de Guayaquil levantó la construcción con dos bloques más de bóvedas. (I)