Celos, envidia... Dos sentimientos que están asociados con personas inseguras, pero que en realidad esconden otras emociones más profundas que no necesariamente nos conviertan en los “tóxicos”.
De esto habla la psicoterapeuta Jael Toledo en el podcast SOMOS, en donde se refiere al tabú en torno a estos dos sentimientos.
“Los celos vienen mucho con vergüenza, si yo siento celos es ‘malo’ sentir celos, entonces viene la vergüenza, y esa vergüenza cada persona la tapa diferente, unos la tapan con rabia, con angustia, otros con desconexión”, ilustra Toledo.
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El celo es una emoción válida
“El celo es una emoción válida como la rabia, pero el problema surge cuando está unida a sentimientos destructivos”, apunta Toledo.
“Si tienes celos eres malo, si tienes envidia es energía negativa, todos tienen una connotación negativa”, explica.
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La envidia puede estar enmascarada con un sentimiento de rabia o de miedo: “Miedo a perder, miedo a no poder”.
“La autoestima también se afecta detrás de esta emoción”, recalca Toledo.
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“Es muy importante diferenciar entre la emoción y lo que haces con lo que sientes”, remarca esta psicoterapeuta.
Lo primero es identificar lo que se está sintiendo para poder diferenciar entre celos, envidia o rabia. “Primero hacerte preguntas con mucha curiosidad, ¿Qué es lo que me está haciendo sentir?, ¿Qué es lo que esa persona tiene que yo quiero y no puedo conseguir?, ¿De verdad quiero eso?, ¿Qué estoy dispuesta a hacer para llegar ahí?, ¿Para qué estoy haciendo todo esto?
Es importante identificar de dónde vinieron esos miedos y qué los causó, y luego de esto comenzar a tomar decisiones, indica. “Es una dificultad cuando los celos y la envidia se vuelven tus espacios negativos.. o empezar a criticar al otro en lugar de tomar responsabilidad de tu emoción”. (I)
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