Ryan Szimanski lleva ocho años trabajando en el USS New Jersey y todavía no ha visitado las mil 600 habitaciones del barco. Es que este acorazado de la clase Iowa mide 887 pies y 7 pulgadas de largo, casi tres campos de fútbol americano y cinco pies más que el Titanic.
Además de ser el más largo, también fue el más rápido jamás construido con una velocidad récord de 35.2 nudos (poco más de 40 millas por hora) alcanzada en 1968, y el más condecorado de la historia naval estadounidense con 19 estrellas de batalla.
Publicidad
Ahora está anclado en Camden, Nueva Jersey, donde abrió como museo en 2001. Los visitantes pueden recorrer por su cuenta o con guía espacios como el centro de combate, los camarotes de oficiales y las torretas de cañones por entre 30 y 40 dólares la entrada, refiere Business Insider.
Museo flotante en Estados Unidos
Construido en los años 40 por unos 150 millones (alrededor de 2 mil millones de dólares ajustados a 2025), el USS New Jersey fue comisionado por primera vez en 1943 y sirvió en la Segunda Guerra Mundial, Corea, Vietnam, Líbano y el Golfo Pérsico.
Publicidad
La Marina lo seguía reactivando década tras década porque ningún otro buque podía igualar su capacidad de bombardeo costero.
Sus enormes cañones Mark 7 de 16 pulgadas, con cañones de 66.7 pies de largo, disparaban proyectiles explosivos de mil 900 libras a objetivos a 23 millas de distancia. Fueron usados por última vez en combate el 26 de febrero de 1984 durante la Guerra Civil Libanesa.
El presidente Ronald Reagan lo recomisionó por última vez en 1982 como parte de su iniciativa de una Marina de 600 barcos, convirtiéndose en el primer presidente en activo en comisionar un acorazado
El museo ofrece cuatro rutas de colores que cubren diferentes aspectos del barco, desde los dormitorios donde 2 mil 700 marineros dormían en literas estrechas durante la Segunda Guerra Mundial hasta el puente del almirante con cinco estrellas en honor a William Halsey Jr., nativo de Nueva Jersey que eligió este barco como su insignia.
En la torre de mando protegida por armadura de 17 pulgadas de grosor, el capitán dirigía el barco durante el combate.
Una de las joyas del recorrido es el centro de combate restaurado por voluntarios, donde una computadora analógica electromecánica Mark 8 Rangekeeper calculaba la trayectoria de los proyectiles considerando incluso el efecto Coriolis de la rotación terrestre.
Es la última en el mundo que todavía funciona. El presidente Donald Trump mencionó en septiembre su interés en revivir los acorazados, diciendo que no cree que sea tecnología vieja cuando ves esos cañones, aunque la Marina dejó de construirlos porque ni las armas de gran calibre ni la armadura gruesa resisten el impacto de los misiles modernos.
(I)
Te recomendamos estas noticias
- Britannic: el barco gemelo del Titanic resurge en las profundidades un siglo después de su desaparición
- El coloso de los mares: el portaaviones de Estados Unidos con más de 300 metros de largo y 100.000 toneladas que despliega cazas de combate en el Mediterráneo
- USS Utah: el acorazado perdido en Pearl Harbor cobra vida como un submarino nuclear de 10.200 toneladas