El motor cuenta con muchos componentes que están en movimiento lo que provoca el desgaste de piezas, el trabajo del lubricante es proteger estas partes del deterioro, reduciendo la temperatura y evitando recalentamiento y daños. Por eso es importante cumplir con los intervalos de cambios recomendados por el distribuidor, que por lo general sugiere un cambio de aceite a partir de los 5.000 kilómetros; por su parte, los desarrolladores utilizan nuevos componentes cuya resistencia es cada vez mayor, así se reduce el consumo de materias primas y la generación de residuos peligrosos.