Linda Blair interpretó uno de los papeles más fuertes y controversiales de la historia del cine: una niña de 12 años poseída por el demonio. La actriz fue elegida entre 600 aspirantes, pero luego de la cinta, nunca volvió a ser la misma.

A los 13 años, la carrera de Blair, que había comenzado a los cinco como modelo y se encaminaba hacia la actuación. No imaginaba entonces que nunca lograría librarse del estigma diabólico del film que la hizo famosa en todo el mundo.

El guionista y productor de la película, William Peter Blatty, cuenta en el documental biográfico sobre Blair Didn’t you used to be Satan? (1996) que nunca esperó que realmente encontraran una chica “normal” de esa edad capaz de interpretar el personaje.

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La recordada escena de Blair en la cinta.

La filmación duró once meses en los que la niña estuvo expuesta al estrés de convivir con una macabra muñeca de ella misma en tamaño real y de someterse a interminables sesiones de maquillaje para verse como una posesa. También a los duros métodos de Friedkin, que incluyeron colgarla de un arnés para una escena en la que levita y cae con fuerza y por la que le quedaron secuelas en la columna de por vida.

Tras el estreno de El Exorcista, en diciembre 1973, se reportaron desmayos, vómitos, infartos y por lo menos un aborto espontáneo en las salas de proyección. En todas partes se acusaba a la película de causar trastornos mentales en los espectadores. Sin embargo, la audiencia incrementaba y la imagen de Linda se convirtió inmediatamente en un sinónimo del diablo.

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Ser la cara del demonio complicó bastante su vida cotidiana: “Ya no podía ir al supermercado, ni a una tienda, ni a ningún lado. La gente me veía y se moría de miedo. No podían separar la película de la persona: me miraban como si fuera el diablo”. Pronto comenzó a ser acosada por grupos religiosos y fanáticos que aseguraban que estaba poseída y la amenazaban con secuestrarla. Tuvo que esconderse en las casas de los amigos de sus padres y Warner contrató guardaespaldas que la siguieron durante los seis meses posteriores al estreno. Eso le dejó un trauma que no superó: “Creo que es una de las principales razones por las que nunca tuve un hijo: tenía terror de que lo secuestraran”.

En 1977, fue acusada de posesión y venta de anfetaminas y cocaína. Tenía 17 años y sería condenada a tres años de libertad condicional.

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Pasó nueve de esos meses en un centro de rehabilitación. Ese mismo año se estrenó la secuela de El Exorcista, que fue recibida con pésimas críticas. Blair había engordado y la prensa se burlaba incluso de su peso. Por entonces fue ingresada en un psiquiátrico por depresión.

En 2004 creó la fundación sin fines de lucro Linda Blair WorldHeart Foundation, que rescata y rehabilita animales abandonados. Tras trece años de vegetarianismo, en 2001 se hizo vegana y escribió un libro sobre su experiencia.